SARS POTERIES
HISTORIA Y SUS ORÍGENES
Los Vinck se establecieron en Gijón en 1856, año en que llegaron Luis Vinck Caña y su hijo Luis Vinck Huart procedentes de Sars Poteries
Francia- Región Norte. Paso de Calais
Superficie 7,88 Km²
Por su nombre, parece hacernos remontar a tiempos de gran antigüedad. Sars. La piedra “Sibise” tiene la apariencia de un menhir, lo que hace suponer un origen Neolítico de la ciudad. La palabra Sars, Sarto en 1100, Sars en el siglo XIII, puede ser perteneciente a lengua céltica. El documento más antiguo conocido se remonta a 1103, donde se da la posesión a la Abadía de Liessies. En 1180, el Papa Alejandro III ratifica esta posesión. Cuando se descubren en su suelo tierras adecuadas para fabricar alfarerías y después de que esta industria ha prosperado en la ciudad, es cuando se le da el nombre de Sars-Poteries.
A comienzos del siglo XVII se produce una gran epidemia de peste. 1666, 1667 y 1668 son otros años de epidemias de cólera. Fallecen la mitad de los habitantes. A partir de 1671, ya se realizan en Sars figuras, marmitas, potes y balaustradas de ventanas y se empiezan a descubrir arenas de distintos grosores y cenizas fósiles. En 1707, la ciudad contaba con 79 casas y 375 habitantes. En 1777 se produce un incendio, quemándose todos los archivos de la ciudad. A partir de esta fecha comienza la explotación y comienzan los monopolios de extracción de cenizas fósiles. En 1791 la ciudad cuenta con 108 casas y 543 habitantes y a principios del siglo XIX se comienzan a explotar, a gran escala, las riquezas mineralógicas de Sars-Poteries.
Comunicaciones:
En el siglo XVIII, la existencia de carreteras era muy escasa. Una sola atravesaba la ciudad de Norte a Sur. Carretera de tierra tortuosa, escarpada, con torrentes, difíciles en el buen tiempo, imposibles el resto. El deshielo y la lluvia las hacía inaccesibles seis meses al año. En el año 1802, se inauguran nuevas vías de comunicación para la ciudad. El ferrocarril es inaugurado en 1845. Los primeros trenes circularon a París, a partir del 14 de noviembre de 1855. Los accidentes eran frecuentes.
En 1840, Sars-Poteries tenía 979 habitantes y 170 casas y la arcilla de distintos colores se empieza a utilizar como alfarería de piedra. En 1802 los obreros podían llegar a ganar de 75 céntimos a 1 franco, por día de trabajo.
Sus grandes riquezas naturales hacen que se encuentren, allí mismo, las materias primas para la alfarería y la cristalería. Sars-Poteries se presenta, en el umbral del siglo XIX, bien dotada por la naturaleza en riquezas minerales que alimentan las fundiciones, hornos de cal, y las cenizas fósiles en agricultura. La arena blanca va a ser utilizada en la primera Cristalería inaugurada en 1802. Las primeras pruebas dan un vidrio muy blanco.
Todo el siglo verá la expansión extraordinaria de esta nueva industria que va a provocar un incremento extraordinario de población de la ciudad, y, al mismo tiempo y paralelamente, las Alfarerías conseguirán un desarrollo nunca esperado, fabricando no sólo productos de alfarería, sino también tubos, tejas, ladrillos y baldosas.
Entre 1802 y 1937, la ciudad de Sars-Poteries vio cómo su población crecía considerablemente gracias a la implantación de dos fábricas de cristal, que empleaban a casi 800 obreros. A comienzos del siglo XIX sólo había en la ciudad un carnicero. A finales del siglo, ya contaba con dos más. Había tres charcuterías y a final del siglo, dos más.
Había muchas panaderías, que llevaban el pan a domicilio. Sobre una rama de árbol se apuntaban las barras de pan entregadas. Siempre vendían a crédito. Era un mal negocio y los panaderos vivían muy mal, motivo por el que acabaron todos cerrando. El último en 1921. Las panaderías se proveían de harinas del Molino construido en 1790. El Molino trabajaba toda la noche y todo el día. En las Brasseries es numeroso el consumo de cervezas, vinos y espirituosos. Hay tres grandes que funcionaron hasta 1914.
En 1829 se crea una fábrica de Ginebra y una Azucarera y desde 1879 funciona una oficina de Teléfonos y otra de Correos y Telégrafos.
Todos estos comercios y talleres se desarrollan al mismo tiempo que aumenta la población y que las necesidades crecen. La mano de obra no es suficiente y vienen personas a trabajar de otras ciudades. Todos los comercios existentes dan vida a Sars-Poteries, según dicen los ancianos “no hay ciudad más animada”. A fin del siglo XIX, llegará a 2.589 habitantes.
Los salarios en 1860 eran de: los mejores obreros 3 francos, los trabajadores medios 2,25 francos, los aprendices 0,50 francos, y las mujeres 1,15 francos. Sobre todo, en la segunda mitad del siglo XIX, fue una ciudad obrera.
En el contexto de producción industrial y con condiciones de trabajo muy duras, algunos obreros utilizaban el tiempo de descanso de una jornada de trabajo, para fabricar a su gusto objetos para su uso personal. Estas piezas únicas, resultado de la creación de los mejores trabajadores en el vidrio, han sido llamadas “Bousillés», término voluntario peyorativo para llamar la atención del patrón con esta actividad al margen de la producción industrial.
Su otra actividad importante eran las “Poteries”, es decir Alfarerías. Sars-Poteries, sobre todo en la segunda mitad del siglo XIX, fue esencialmente una ciudad obrera.
Trabajo y obreros del vidrio
Por primera vez en la historia de la humanidad la riqueza cambia la naturaleza. La riqueza la producirán, sobre todo, las máquinas, y los productos que ellas fabrican. Una nueva era comienza, la del beneficio. Sin duda, esto explica el porqué del que, en una buena parte de este siglo, se produce el más grande desprecio de las personas. Este desprecio se traduce en un alargamiento de la jornada de trabajo, posible gracias a la luz producida por el gas y la energía eléctrica. Esto alarga el tiempo de trabajo hasta el límite de lo posible, para obtener el mayor rendimiento. El humano es empleado hasta el límite de sus fuerzas.
La duración de la jornada es, para los dos sexos y para todas la edades, de 14 a 15 horas al día, dedicando una o dos horas para comer con lo cual el trabajo efectivo es de 13 horas por día. La limitación legal de la jornada progresa muy lentamente, en 1849, es de 15 a 15 horas y media. En 1848, la Segunda República reduce la jornada a 11 horas. Hasta el año 1900 no se reduce la jornada a 10 horas, con vigor a partir del 1904. Se admiten niños de 8 años, porque para los padres es un modo de supervivencia y para los niños una forma de aprendizaje. Se tiene constancia de muchos que empiezan con 5 años. El niño de 8 años aprenderá el hábito la destreza y la práctica, llegando a los 10 años con más capacidad de soportar la fatiga. El pago de los salarios se realiza quincenalmente.
El trabajo:
Rudo y duro es el trabajo del vidriero. Cualquier puesto de trabajo en la Cristalería está obligado a seguir la cadencia del vidrio en fusión, que le obliga a trabajar rápidamente y con precisión. En el invierno es soportable, pero en verano el calor del fuego hace aparecer la fatiga y hace que los obreros estén tentados a beber más de lo razonable.
Todo lo anterior explica que los vidrieros escogieron a Saint Laurente como Patrón, que fue quemado vivo sobre el fuego y que, sobre él dijo con humor: Estoy asado de espaldas, me doy la vuelta al otro lado para que quede igual en el estómago.
La jornada del vidriero:
Se levanta temprano, hacia las 4’30, pues la jornada comienza a las 5 horas. Los obreros encargados de preparar las plazas del calentador comienzan a las 3 horas. El trabajo finaliza a las 16 horas. Por la mañana, hay una parada de 15 minutos, al mediodía media hora, pero el vidriero no vuelve a su casa. Come en la fábrica comida que se ha traído de casa.
Hay muy pocos días de fiesta, 3 ó 4 al año. El domingo, se comienza a las 4 y se acaba a las 13 horas. Después del mediodía, es el único momento de la semana que se puede descansar. Muchos prefieren dedicarse a su deporte preferido, caminar por el campo.
En el fin del sigo XIX, encontramos un documento que es firmado por un Vinck, Lucien Vinck y Florent Vinck, dirigido al Señor Prefecto de Nord en Lille, que dice lo siguiente: Los firmantes, obreros vidrieros de Sars-Poteries, solicitan su intervención, acerca del Ministro de Comercio para rogarle el suavizamiento de la Ley sobre el trabajo de los niños en las fábricas y que se autorice a contratar como ayuda a partir de los 12 años.
Estos niños serán tratados de una forma paternal. Si esto no se acepta, tenemos en perspectiva la disminución de nuestros salarios, toda vez que estos niños son ayuda indispensable para nosotros y nos permite obtener una producción suficientemente remuneradora. Esta carta fue firmada por los 800 obreros de las cristalerías de Sars-Poteries.
Fraternidad:
El 30 de mayo de 1857 se declara un fuego en el depósito de combustible al lado del alto horno. Todos los “verriers” y todos los habitantes acuden en ayuda y el edificio de la fábrica es salvado. El 27 de Junio de 1847 otro incendio se declara en el alto horno. Todos los habitantes acuden en ayuda.
La Solidaridad Institucional en Sars Poteries:
En Sars-Poteries se crean sociedades a fines del siglo XIX, pero los gestos de solidaridad son constantes, tanto de parte de los obreros como de parte de los patrones. Numerosas fiestas, conciertos, bailes, desfiles carnavalescos son organizados por los comités en beneficio de los desgraciados. Los desgraciados son las enfermedades, los viejos y también las viudas y los huérfanos…
En octubre de 1896 encontramos a Victor Vinck como miembro de un Comité de ayuda.
El fraude:
Después de una jornada en la “verrería”, a las 5 de la tarde, los vidrieros más “malignos” cogen sus perros y se van hacia Bélgica. Vinagre, achicoria, café, petróleo y tabaco. Contrabando para ganarse algún dinero extra.
Evasión:
En el siglo XIX la situación de los trabajadores era la más dura que uno se pueda imaginar y en Sars-Poteries, como en otros lugares, nunca se echaban atrás ante el duro trabajo, pero sabían también evadirse y divertirse en los numerosos cabarets que había. Organizando fiestas llenas de entretenimiento y siempre con una amistad verdadera en función de las numerosas sociedades de fiestas, juegos que hacían de Sars-Poteries una ciudad renombrada por su alegría.
Los Cabarets:
La asistencia frecuente a los cabarets no era sólo de los habitantes de Sars-Poteries, Todos los habitantes del Norte de Francia los frecuentaban. Generalmente, se inclinan por la bebida, sin que se les pueda acusar de embriaguez. En las horas y días de descanso, los cabarets son muy frecuentados. Se consideraban como otra casa propia, más cálida, más alegre, más fraternal, que la humilde vivienda familiar. En Sars-Poteries, los cabarets son particularmente numerosos: 130 cabarets para un total de 2.392 habitantes.
De estas cifras se saca la conclusión de que, sin contar mujeres y niños, encontramos un cabaret por cada 8 hombres, lo que es enorme.
Los establecimientos censados son cafeterías, albergues, hoteles y brasseries. Las brasseries son importantes, en el pueblo hay tres que venden toneladas de cerveza en los numerosos cabarets de la comunidad y alrededores. Esta frecuencia se explica fácilmente.
La ciudad ocupa cada día a toda una población activa de 600 vidrieros y 200 alfareros. Los unos y los otros, sobre todo los que habitan al lado de la ciudad tienen un real deseo, después de una larga y ruda jornada pasada al lado del fuego, de divertirse. Para todos, es siempre el vidriero quien tiene la reputación de acabar la jornada en el cabaret. Como si es en un café, donde se comentan todas las novedades de la jornada, como forma de calmar un poco los nervios antes de encontrarse con la mujer y los hijos.
En los cabarets se consume, sobre todo cerveza, pero también ginebra, poco vino, La cerveza es servida de toneles. Los más pobres no beben más que cerveza y el vino es un lujo para los días de fiesta. Algunos cabarets poseen un piano mecánico, que ejecuta una pequeña pieza con sonidos atronadores y quizás la empleada del cabaret les anima con sus cantos. Algunas de ellas van, asimismo, a cantar de café en café, lo que no siempre está bien visto.
El ambiente es distendido, no se bebe nunca sin brindar con todos, y cada uno paga su consumición. Se habla alegremente y se llama a cada uno por su apodo. Cada uno tiene el suyo. Sólo tres o cuatro habitantes son conocidos por su propio nombre.
Las sociedades:
Las sociedades musicales. La primera sociedad musical fue una armonía fundada en 1855 y llamada Cristalería de abajo. Con la puesta en marcha de la segunda Cristalería llamada en alto, en 1869 surge otra sociedad musical llamada la Cristalería en alto. Después, la unión de las dos cristalerías en 1884 dio lugar a la fusión de las dos sociedades.
Las fiestas:
Sars-Poteries ha sido muy renombrada en el siglo XIX por su ánimo, su vitalidad y sus fiestas. Desfiles, carnavales, que no perjudicaban nunca el trabajo. Todas las tardes después de la jornada, la ciudad resuena debido al sonido de sus instrumentos de música. Cada uno repite en su casa para que los más jóvenes aprendan a tocar algún instrumento de música.
Fiestas, bailes animados, sociedades activas y alegres, cabarets… una ciudad llena de alegría y de música, es por lo que Sars-Poteries y sus habitantes tenían la reputación de ser tan aficionados tanto a la fiesta como al trabajo.
Vida política:
Está prohibido a los obreros reunirse; por tanto, todas las sociedades políticas son secretas, aunque, desde luego, existen. El 10 de abril de 1850 tenemos como ejemplo una carta-denuncia dirigida al subprefecto de Avesnes, de forma confidencial, que dice en resumen lo siguiente: «Le informo de que existe en Sars-Poteries una sociedad compuesta por 25 ó 30 personas con el nombre de Montagnard Rouges. Tienen una habitación en la que se reúnen todos los días de 7 a 9 de la tarde y que cantan canciones políticas de tendencia socialista.
Esta sociedad, cuyas reuniones son secretas, intenta desunir a las personas de Sars-Poteries y provocar desórdenes en esta comunidad. Es una amenaza que canten sus canciones en cabarets y en sus reuniones. Por los hechos explicados entiendo que esta sociedad debe de ser anulada de forma inmediata».
Elecciones:
En el plebiscito del 20 de diciembre de 1851, para ratificar el golpe de Estado dado por Luis Napoleón Bonaparte el 2 de diciembre y su toma del poder, dan como resultado de 251 votantes, 240 Si, 7 No, en blanco 4.
Vida social y sindical:
¿Se puede hablar en esta época de vida social y sindical en el sentido de cómo lo entendemos hoy?. Nos arriesgaríamos con ser incompletos, sobre esta capítulo de la vida pública, si no hacemos mención de dos cosas: 1º La ausencia de huelgas en las Cristalerías de Sars-Poteries en el siglo XIX. 2º La constitución de un sindicato patronal de alfareros.
No hay el menor riesgo de huelga en los vidrieros de Sars-Poteries, en el siglo XIX. En 1861 y 1863, otras cristalerías de Francia sufren sus primeras huelgas, debido al hecho de que no se permitiesen nuevos obreros que no fuesen sus propios hijos.
Que no se conozcan huelgas en Sars-Poteries, puede testimoniar a favor de una condición obrera menos resentida que otras, bien porque la población obrera de Sars-Poteries tiene la reputación de ser suficientemente independiente de aquellos marcados por las ideas socialistas de la época. Hace falta explicar esta ausencia de huelgas por la buena inteligencia que tenían sus instauradores, los Imbert, entre el personal de su sociedad.
Se sabe que la estima obtenida por los miembros de la familia, marca profundamente, durante medio siglo, la industria del vidrio en Sars-Poteries. Una calle de Sars-Poteries recuerda la memoria de los Imbert, un busto de bronce pagado por los obreros situado a la entrada de la Cristalería, y, desde luego, el epitafio hecho por Florent Vinck, grabado en letras góticas sobre un gran disco de cristal azul.
El texto merece la pena citarlo entero: «Homenaje a la memoria de M. Imbert fallecido el 09-06-1873 y de Mme. Imbert fallecida el 10-11-1880. Inclinémonos delante de esta tumba, que recoge los restos mortales de dos personas veneradas.
Por la pureza de su vida pública y privada, por sus virtudes, tanto como por sus hechos benefactores que ellos repartieron a su alrededor. Merecían disfrutar de una vejez feliz y respetada, pero el fatal destino les ha llevado en la flor de la edad, con el tierno afecto de sus hijos y de todos los que como nosotros, profesábamos por ellos la admiración más profunda y la gratitud respetuosas.
Así, cara a esta tumba todavía abierta, rogamos para conservar el recuerdo de los dos en nuestros corazones, y de enseñar a nuestros niños a bendecir su memoria. Adiós, bueno y venerado patrón, adiós querida y honrada patrona. Adiós, adiós», Florent Vinck.
Con todas estas consideraciones de personas que han marcado el clima social de las Cristalerías de Sars-Poteries en el siglo XIX, hace falta añadir que estas fábricas habían crecido y progresado considerablemente en el fin del siglo, todos afirman que con una calidad de producción universalmente reconocida, no podía ser en casa de los trabajadores de otra forma que con una participación de todos aceptando la dureza de su condición.Todo esto se mantiene hasta que, en 1914, estalla la Primera Guerra Mundial, que hace que la fábrica se detenga y sus dirigentes y obreros partan para la Guerra.
La Escuela y la enseñanza pública:
Por negligencia, después la Restauración, la enseñanza primaria no comienza a ser instituida hasta la ley de 1833. A partir de 1837, una Orden Real obliga a todas las comunidades a contar con una Escuela.
Las Escuelas en Sars-Poteries:
Antes de la Revolución, existía sin duda una Escuela, pues se sabe que una familia, los Poquet, ejercieron las funciones de maestros, durante más de un siglo, antes de 1789. Cumplía dos misiones, enseñanza y registro. La casa de este maestro fue destruida por un incendio en 1777, de esta forma desaparecieron todos los archivos, registros de nacimientos, bodas y muertes, de 1768 a 1777. La escuela estuvo cerrada un año.
En 1831, el 2 de septiembre Mme. Vve Willemart, es autorizada a abrir un colegio libre de niñas. Doce años más tarde, esta escuela es transformada en asilo, guardería y recogida de niños de ambos sexos de 3 a 7 años. En 1852 comienza la construcción de la nueva escuela para los dos sexos. En 1953 la clase de niños es ocupada por 64 niños en verano y 49 en invierno. La única clase de las niñas es ocupada por 69 niñas en verano y 60 en invierno.
Los niños de las Cristalerías en las Escuelas:
En 1859, un instructor de la Escuela Pública abandona la Escuela Comunal para ir a la Cristalería y hacer la escuela para los obreros de la misma.
Hace falta decir que para los hijos de los vidrieros. Los niños de 8 a 12 años. Después de la jornada de trabajo en las cristalerías regresan a sus casas a las 16 horas. Se lavan, comen un trozo de pan y retornan a la fábrica para asistir a un curso especial que, para ellos, comienza a las 17 horas. Ninguno se rinde y aprenden con ardor obteniendo su certificado de estudios. Para animar a estos escolares valerosos, se les dan cinco céntimos por día a la salida del curso. No obstante, son numerosos los niños que no irán jamás a clase, no sabrán leer y escribir.
La vida religiosa:
La falta de documentación no nos permite acercarnos mucho a la realidad religiosa en Sars-Poteries durante el siglo XIX. Hay que entender la brutal mutación que se produce en Sars-Poteries durante el siglo XIX. El comportamiento religioso de sus habitantes fue muy influenciado por las condiciones del trabajo en la industria, los nuevos trabajos y las condiciones de vida en general de la población.
Existe, al principio del siglo XIX, una muy antigua iglesia consagrada al culto católico. Se cree que su base parte del siglo X al XII. En 1838, los muros y el tejado precisan una gran reparación. El cementerio de la iglesia no presenta ninguna sepultura interesante. En forma de cruz, tenía 16 metros de largo por 14 de ancho.
Su nombre es el de Iglesia de San Pierre. Se puede concluir que la iglesia de San Pierre, primitivamente Iglesia de Sars, nace con la nave principal y después se le añaden las dos naves laterales a medida de que la población aumentaba.
Hacia 1870, nuevos aires inspiran a los sacerdotes, la idea de reemplazar las antiguas iglesias por otras más modernas, y con el gusto de la época. A partir de 1865 comienza el proyecto de la nueva iglesia. En abril de 1876 comienzan los trabajos de demolición de la vieja iglesia. En octubre de 1877 finalizan las obras. La iglesia se decora con donaciones y sobre todo una especial de la Cristalería, una bella lámpara araña de cristal.
Las Capillas:
En fechas diferentes, 1815, 1862, 1869 y 1879, son construidas pequeñas capillas por los habitantes. Revisiones arqueológicas señalan que, en 1838, existía en Sars un Calvario y una pequeña capilla.Se trata de la capilla de la calle Gare. Hace falta remarcar que esta capilla, inaugurada en 1728, reemplazaba otra que existía en el mismo sitio, desde 1579, como confirman las antiguos planos que posee la Sociedad Arqueológica de Avesnes. Esta capilla existe todavía y está dedicada a Nuestra Señora de Gracia.
Estas capillas están hechas, la mayor parte, de piedras azules y situadas en las entradas de los caminos de la ciudad. Las capillas servían de estaciones con ocasión de las procesiones. Las ceremonias religiosas tenían lugar ordenadas en Sars-Poteries, las procesiones de rogativas tenían lugar los tres días que precedían a la Ascensión, con paradas y rezos públicos en cada capilla del Calvario común.
La Gran procesión del 15 de Agosto, era practicada a las afueras de los grupos religiosos que las componían. La sociedad musical de las Cristalerías ejecutaba las partituras según las circunstancias y seguía el itinerario trazado.
LES BOUSILLES DE SARS-POTERIES:
No ha sido posible encontrar documentos o testimonios escritos sobre la vida obrera del siglo XIX en Sars-Poteries. Esto se puede explicar por el hecho de que la mayor parte de los vidrieros y alfareros eran analfabetos.
Independientemente de lo anterior, hay en Sars-Poteries una especie de documento, absolutamente único, que, mejor que los escritos del pasado, nos introduce en el universo interior de las generaciones de obreros manuales que han tenido el vidrio para expresarse, hablamos de los “bousillons”. Estos objetos de vidrio están hoy expuestos en el Museo del Vidrio de Sars-Poteries y recuerdan con emoción todo lo que ha podido ser vivido por los artesanos.
El término “bousille” es el que designa todo objeto hecho por el vidriero fuera del tiempo del trabajo, al mediodía, durante la media hora de tiempo libre, en la que no regresa a casa y se contenta con comer un trozo de pan y todo en el “bousillant”.
Estos objetos no serán nunca vendidos. Si uno de los vidrieros lo vendiese en el comercio, estaría mal considerado por sus compañeros de trabajo. Son siempre realizados con una intención precisa, para sí mismo, para festejar un aniversario, para regalar a la familia y a los amigos. La generosidad del vidriero es muy grande en este aspecto. Estos “bousillés” son los testigos de una época, del saber hacer, de su creatividad y de sus sentimientos y aspiraciones más diversas.
Les “bousilles”. Testimonio del saber hacer:
Lo primero, por su forma. Nada complicada, son azucareros, copas, bidones, jarros. Tienen formas muy puras, muy simples. El detalle de refinamiento se encuentra en el balaustre de un vaso, en el pie de la lámpara sobre el bocal de una garrafa o de una campana.
Los vidrios blancos son de una calidad reseñable, sin defectos, pero cuando se utiliza el color, es entonces cuando podemos ver una verdadera feria de azules, amarillos, verdes, rojos, rojos dorados, blanco opalino, colores degradados, una rica paleta de pinturas que la utiliza también para el vidrio doble, triple y el vidrio en red.
Otro saber hacer, es el del tallador. El sabe hacer girar el vidrio en contacto con la muela y grabar, con una destreza tal, que no tiene nunca un defecto. La simetría es perfecta, una decoración complicada que haga flores, rosas, tulipas, hojas, abejas, pájaros, cartas de todos los modelos. Saber hacer, cierto, sólo se adquiere después de numerosos años de trabajo. Lo que nos demuestra que los artesanos del vidrio, con amor al trabajo bien hecho, llegan a ser verdaderos artistas. Todos no serán igualmente hábiles.
Hay entre los vidrieros de Sars-Poteries, maestros indiscutibles, tales como los Vinck, pero muchos otros intentan imitarles. El vidriero “bousille” tiene la intención como cualquiera, pero para él mismo, de probarse cualquier cosa, probarse que sabe hacer siempre lo mejor, y sentirse más maestro en esta materia, con lo que le pasa por las manos en toda la jornada.
Cada uno tiene su forma de trabajar, su secreto, sobre todo cuando se trata de utilizar el color, de conseguir un degradado, obtener un simple pisapapeles. Los más capacitados son conocidos por todos, y no se duda en pedirles el favor de “bousiller” con ellos, el “bousille” se hace también en equipo.
Les “bousilles” testimonio de la creatividad:
Este saber hacer se ejerce constantemente en la Cristalería. La producción es rápida y en serie, al encargado se le paga según su rendimiento para producir series de piezas. El vidriero crea las formas de las piezas que no se verán nunca en el catálogo de la Cristalería, pues se trata de piezas únicas, simples, de expresión popular. Nada es imposible para algunos. Cada uno hace su lámpara o su azucarero a su gusto. Entonces le vendrá también la idea de hacer ensaladeras de cristal en colores.
Los azucareros se encuentran permanentemente en la mesa de cada casa, ya que en Sars-Poteries como en otros lugares se ofrece siempre café al visitante. Las copas son muy variadas. Hace falta mencionar las copas de dos pisos, para postres o dulces, solamente se usan para recibir con honor a los amigos. Los vasos, los vasos de boda grabados cada uno con el nombre de los esposos. Vasos grabados para el bautismo, comunión, ordenación sacerdotal. Los vasos para las jóvenes son decorados con guirnaldas, flores y escenas campestres.
Las lámparas de petróleo son todas de cristal, el cuerpo y el pie. Son muy variadas, tanto por la forma como por el pie, por la talla y el grabado. La electricidad no existe y son necesarias por tanto las lámparas.
El director de la Cristalería se casó el 18 de Febrero de 1882 con Marie Deharveng. Un maestro vidriero, Florent Vinck, y su hijo Florent, realizan una lámpara monumental en armonía con el estilo de la vivienda, hoy día Museo del Vidrio. Esta lámpara es una proeza técnica, pues el cuerpo y los brazos están hechos en vidrio triple, tres colores superpuestos visibles a través de la talla, mientras que las otras partes del pie, la tulipa alrededor de las llamas y los cuernos son de vidrio doble.La lámpara de petróleo debe de servir para la velada, para leer y para coser. Está provista de una bella pantalla de cristal opalino con un soporte de cuero.
Los pisapapeles:
Todos los vidrieros saben hacerlos en pocos segundos. Realizan composiciones florales con la ayuda del vidrio machacado con el color de la fusión.
El tintero:
El más elocuente de todos los “bousilles” es siempre el tintero. Es, desde luego, uno de los objetos más difíciles de realizar y más esmerados. Hacen falta 20 ó 25 años de aprendizaje para intentar hacer un tintero. Supone toda la madurez de un obrero, en plena posesión de sus conocimientos, para poder afirmar así su saber hacer, y al mismo tiempo, la aspiración profunda hacia lo que han adquirido aquellos de clase superior. Este tintero en forma de pequeño vaso, tallado con ocho caras va a ser para el obrero vidriero que, a menudo, comienza a trabajar, como hemos dicho, a los 5 años, el símbolo del saber y testigo de su ambición.
Estos objetos aparecen entre 1850 y 1880. Puestos a la vista en casa del vidriero, en la chimenea o sobre un mueble, se traduce de esta manera: yo no sé sin duda escribir, pero yo sé trabajar el vidrio y si mi tintero tiene vida, es, por tanto, cien veces más bello que los que saben escribir.
Tintero de “revancha”
Revancha que no tiene nada de cruel, pero que es suficientemente elocuente. No contentos con fabricar estos tinteros, los enriquecen con adornos, tallas, así como de graciosas presentaciones en cristal. No podemos olvidarnos, por el mismo orden de ideas, de los libros tallados en vidrio, tales como preciosos misales de Primera Comunión, como de tinteros, testimonian la misma aspiración a saber.
Si los “bousilles” adornan las casas de los vivos, ellos pueden, asimismo, adornar la tumba de los muertos. Para un vidriero no se necesita morbo para traducir sus sentimientos. Una gran bola de vidrio, sea negra, sea blanca opalina, sea rosa, que lleve en letras góticas doradas la palabra recuerdo y el nombre del difunto.
El Museo del Vidrio posee una pieza destacada. Se trata de un disco de cristal azul de más de 40 cms. de diámetro, donde Florent Vinck, uno de los grandes obreros del vidrio en Sars-Poteries, ha grabado en letras góticas, todo un gran homenaje de afecto y reconocimiento de los obreros al Señor Imbert y a su esposa. Anteriormente hemos descrito el texto completo del epitafio. Podemos describir testimonio de la fantasía de quienes los concebían.
Los porta cigarrillos para mujeres, verdaderas muestras de arte surrealista, los joyeros, para pendientes y sortijas, los porta relojes, instrumentos de música, los bastones, los pequeños y graciosos platillos de cristal de color, objetos culinarios en miniatura que realizaban con ternura y amor los abuelos para sus pequeños nietos. Los vasos y copas “plateados”. Verdadera plata del pobre.
No podemos dejar de citar los remates en vidrio de los tejados de las casas. Verdaderos trofeos o banderas. Estaban fijados con un pie y la ayuda de una espiga de hierro plantada sobre el techo. Fueron muy numerosas, de colores diferentes, azules, rojos, blancos, transparentes, dorados, plateados, brillaban al acabarse el día en la puesta de sol. Lamentablemente sirvieron de blanco para los soldados durante los años de ocupación de las dos guerras,
Trece piezas han sobrevivido y remontan las casas, a día de hoy, de Sars-Poteries. El Museo del Vidrio ha tenido la feliz idea de reunir todos estos tesoros.
CONCLUSIÓN
Es interesante comprobar cómo Sars-Poteries, en el curso del siglo XIX, ha conocido una profunda mutación. De ciudad rural se ha transformado en un pequeño centro industrial. Su aspecto ha sido totalmente modificado, sus recursos han aumentado, su forma de vivir se ha transformado, su población se ha multiplicado.
Sus habitantes han llegado a ser obreros laboriosos, atados al trabajo, ardientes en todas las circunstancias, astutos y alegres, siempre llenos de ánimo, llenos de humor, además de una gran franqueza. Agricultores, alfareros, vidrieros artesanos y comerciantes han vivido así la era de la primera industrialización.
Población en 1707 375 habitantes
Población en 1791 543 habitantes
Población en 1840 979 habitantes
Población en 1962 2.029 habitantes
Población en 2015 1.486 habitantes
MUSEO –TALLER DEL VIDRIO
Creado en 1967. Es el comienzo de la resurrección de Sars-Poteries. El Museo-Taller del Vidrio de Sars-Poteries tiene, como vocación, la difusión y el mantenimiento de la creación contemporánea de vidrio. Posee una de las más importantes colecciones de Francia de obras contemporáneas en cristal.
Dispone de Salas de exposición permanente para presentar sus colecciones de vidrio soplado y escultura contemporáneas, temáticas o monográficas consagradas al vidrio contemporáneas. Las exposiciones temporales son programadas dos veces por año.
La sala principal en la entrada del Museo se llama “Sala Roland Vinck”.
Universidad del vidrio
Cada año, desde 1986, participantes internacionales vienen a Sars-Poteries, para aportar su experiencia de artista y sus conocimientos técnicos. Iniciación al perfeccionamiento del vidrio soplado y fundido y del trabajo del vidrio a la llama.
El taller del vidrio, por la calidad de sus equipos, es un sitio piloto en Europa para la creación contemporánea de vidrio. Cada uno puede trabajar en la realización de sus proyectos bajo la dirección de artistas venidos de todo el mundo, Europa, Japón, EE.UU., Canadá o Australia.
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