COLECCIÓN IMÁGENES POSTALES DE OVIEDO

 

 

 Se compone esta colección  de más de 600 imágenes postales de Oviedo.

 

Son tantos y de tal magnitud los cambios experimentados por el casco urbano ovetense en la última centuria, que recuperar en imáge­nes una visión de la ciudad en el primer tercio del siglo XX es casi una operación de arqueología  gráfica.

 

 Por  un  lado,  la  ciudad  creció en extensión,  incorporando  nuevos  espacios  a  la  trama  urbana  con el fin de dar acogida a una  población  en  constante  aumento,  que pasó de 13.979 habitantes en  1857, a  23.156  en  1900, y  que  llegó en 1930 a los  42.000,  cifra  aún  cuatro  veces  menor  que  los  más de 160.000 actuales.

 

Por otro, se trastocó la fisonomía de su . núcleo histórico, debido a la desaparición de numerosas construcciones, la profunda alteración de otras subsistentes y la edificación de otras nuevas. Por último, la intensidad con que incidieron en Oviedo los acontecimientos políticos que agitaron Asturias en la década de los treinta -Revolución  de  Octubre  y  Guerra  Civil-,  se  hicieron  sentir de forma notable en el casco urbano.  

 

Por  todo  ello,  en  las  imágenes, se puede entrever un Oviedo  prácticamente  desaparecido.

 

A pesar de la temprana instalación de la Fábrica de Armas en Oviedo  (1794)  y  de  su  innegable  papel  en  el  progreso  económico y demográfico de la ciudad, tanto por  el  volumen  de  la  mano  de obra empleada como por su influencia indirecta en el establecimiento de otras  industrias  metalúrgicas,  como  la  fabrica  de  «La  Amistad» de la que uno de  sus  socios  promotores  era  el  general  Elorza, no será el sector industrial el gran dinamizador del crecimiento ove­ tense entre los años  finales  del  siglo pasado  y  las primeras décadas del presente.

 

El gran impulso se lo dará a Oviedo  su  función  de capital desde  la  reorganización  provincial  de  Javier  de Burgos,  con la potenciación de  los  servicios  a  ella  asociados.  A  su  estratégica posición geográfica, equidistante de los centros mineros e industriales y de los principales puertos marinos, se vino a unir una privilegiada situación con  respecto  a las  principales  infraestructuras viarias.

 

 En el último cuarto de siglo se extiende y renueva la red de comunicacio­nes, tomando a Oviedo como centro. Hitos fundamentales de ese desarrollo fueron el trazado del ferrocarril de enlace con la Meseta, salvando la cordillera Cantábrica por su parte central (Pajares) y siguiendo la línea ya  marcada  por  la anterior  carretera  de . Castilla; el ferrocarril de Oviedo  a Trubia;  la línea  de Oviedo  a Infiesto;  o la carretera de unión con las vecinas provincias de Lugo (hasta Villal­ ba) y Cantabria (hasta Torrelavega). Sede del gobierno y de la admi­nistración, Oviedo disponía además de la Universidad  y pronto tam­bién de los  principales recursos  financieros,  con el establecimiento en ella de varias casas de banca. Desde finales de siglo, por último, a  la  par  que  mejoraban  las  comunicaciones,  se  fue desarrollando el comercio para atender una demanda no sólo local sino de otras zonas menos dotadas.

 

Fuera de la ciudad, pero dentro de su término concejil, se asentaba también un importante cinturón industrial,  del que sobresalen la Fábrica  de  Armas  de Trubia  y  la  de  explosivos de La  Manjoya.  Oviedo  se  convirtió  así  en  el  centro  director  de la  actividad política  y  económica  asturiana.

 

La población del concejo era  en  1857 de  28.270  habitantes,  de los que 13.979 correspondían a la ciudad; en 1900 la población conce­jil alcanzó la suma de 48.103  y el casco urbano 23.156, siguiendo ambos un crecimiento muy equilibrado. En 1930, sin embargo, el desarrollo de la ciudad superó ampliamente al del resto del concejo, siendo las cifras respectivas de 42.000 frente a 75.463. A partir de entonces será el núcleo urbano el principal receptor del crecimiento demográfico, configurando poco a poco  la  situación  actual,  en  la que . éste acoge al 87 por cien del total de la población municipal.

 

Ese  crecimiento  urbano  de  Oviedo  no  siguió  las  directrices  de  un plan de «ensanche» previamente estudiado y trazado. La función de planeamiento la asumieron dos ejes de enlace con el núcleo antiguo: uno era una especie de ronda o camino de circunvalación, que unía en ángulo recto  las  carreteras  de Castilla  y  de  Galicia  por  medio de las calles de Campomanes y de Santa Susana; el otro servía de unión con la estación del Ferrocarril del Norte y era el seguido por la calle de Uría, que primero se convertiría en centro residencial de la burguesía  y  luego  en  centro  comercial. Texto: Javier Rodríguez Muñóz

 

 

 

VISTAS DE OVIEDO

 

 

 

 

 

CONSTRUCCIONES CIVILES

 

CALLES Y PLAZAS

 

 

 

PARQUE DE SAN FRANCISCO

 

HOTELES

 

 

CATEDRAL

 

 

EDIFICIOS RELIGIOSOS

 

 

INDUSTRIAS Y SERVICIOS

 

 

 

LAS CALDAS

 

 

 

VARIAS

 

 

 

 

 

LA CIUDAD DESTRUIDA

 

Las conmociones políticas de la década de los treinta terminaron de arrasar gran parte de lo que quedaba en pie en la ciudad.

 

Entre la Revolución de Octubre y la Guerra Civil, se calcula que tres cuartas partes del caserío ovetense resultó destruido.

 

No sólo los barrios periféricos o las áreas de nueva urbanización fueron afectados, sino el mismo nú­cleo histórico del Oviedo intramuros.

 

El conjunto catedralicio, el pa­lacio arzobispal, los monasterios de San Vicente y San Pelayo, el palacio de la Audiencia, la Universidad, el

teatro Campoamor y otros muchos edificios singulares o casas de viviendas quedaron poco me­nos que reducidos a escombros.

 

A pesar de la reconstrucción empren­dida en la posguerra, fue mucho lo perdido para siempre y notables las alteraciones en lo recuperado.

 

La torre de la Catedral, por ejem­plo, perdió algo de su esbeltez, y el rosetón que ilumina la nave central nada tiene  que ver  con  el

original,  por  citar  tan  sólo uno de los edificios  más emblemáticos Texto Javier Rodríguez Muñóz

 

 

Octubre de 1934

 

Durante la revolución de 1934 la ciudad de Oviedo quedó destruida en buena parte. .​

También  La Cámara Santa en la Catedral fue dinamit6ada y como consecuencia desaparecieron importantes reliquias.

 

 

 

19 de julio de 1936 al 21 de octubre de 1937     Guerra Civil