COLECCIÓN OTROS FOTÓGRAFOS DE ASTURIAS
JULIO PEINADO ALONSO
Nacido en 1869 en Valladolid. Fallecido en Gijón en 1940. Era hijo del también fotógrafo Juan Peinado Gómez, que abrió el estudio, en Gijón en 1883. Peinado forma parte de una extensa familia estrechamente relacionada con la fotografía, que estará activa en Asturias desde fines del siglo XIX. Tuvo su estudio en la Calle Corrida de Gijón. Es uno de los grandes fotógrafos de la época.
Laureano Vinck colaboró con él en varios proyectos fotográficos y cinematográficos, y posiblemente haya perfeccionado conocimientos en su compañía, ya que les unieron lazos de amistad y con el que participó en alguna aventura cinematográfica, como· en la cinta titulada «Robo de fruta», cuya acción transcurría entre Somió y el puente de Viñao, pasando por las quintas de los señores Bustillo y Pidal, película que fue estrenada en el «Salón Luminoso» el 22 de julio de 1905.
MUNDO GRAFICO (MADRID) 1913 HORRIBLE CATASTROFE EN GIJON FOTOGRAFIAS DE PEINADO
MUNDO GRAFICO (MADRID) 1913 FOTOS DE PEINADO Y MARQUERIE
ARTURO TRUAN
1910
VARIOS FOTÓGRAFOS
FOTOGRAFIAS DE FOTOGRAFOS VARIOS ASTURIANOS
FOTOGRAFIA DE DOS NIÑOS ILUMINADA-PINTADA DE 50X60 GIJON 1934 PEGADA SOBRE LIENZO
FIRMADA PEREZ DE LEON
PLACAS ESTEREOSCÓPICAS
Las Artes liberales en la masonería: Pintores, litógrafos y fotógrafos masones
(VICTOR GUERRA GARCIA)
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La presencia de artistas u hombres ligados a las artes liberales en el seno de las logias no parece haber sido un fenómeno muy frecuente en la masonería, y sin embargo, en ese sentido los talleres masónicos gijoneses presentan unos rasgos interesantes, ya que en su seno encontramos una cantidad tal de fotógrafos, no solo entre el común de los hermanos francmasones, sino en los cargos directivos de las logias que nos hace reflexionar sobre el objeto de esa continuada presencia.
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Para alguien que haya observado la simbólica indumentaria de los francmasones, la composición ritualística, el atrezo de los templos, pudiera pensarse que es un mundo ideal para reflejar a través del negativo y, sin embargo son escasas las escenas que se han podido ver impresionadas en los trabajos de los profesionales de la fotografía que pulularon por la ciudad, incluso pudiera llegarse a pensar que dichos archivos quedaron más bien en la intimidad de los laboratorios personales de dichos fotógrafos francmasones, pero la investigación y la recepción de nuevos aportes documentales nos están dando razón a esta plausible teoría
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¿Fue fruto de esta escasa aportación fílmica, la ley de represión de 1940, que contribuyó a desaparecer por completo los posibles archivos, o tal esterilidad se debe a otras causas? Es muy posible que esa falta de documentos gráficos se haya debido a varios factores:
1º/ Que el juramento que cada masón realiza a la hora de su iniciación le impide revelar detalles de las ceremonias, de los atrezos ritualísticos etc., lo que explicaría dicha ausencia.
2º/ Que la primordial discreción que las logias y los masones observaban, impedían cualquier atisbo o resquicio para poder dar publicidad, o descubrir diversos entresijos del cerrado mundo de la masonería al público en general. De ahí, que solo tengamos fotos individuales o de grupos con el atuendo masónico, pero no de los interiores de las logias o fotografías personales dentro de los ámbitos internos de los talleres.
El mundo cerrado de la masonería, ese atrezo y dramatización ritualística que vemos en diversos grabados debió ser toda una tentación para profesionales de la fotografía como: Julio Peinado, Bastide, o el propio Farias, y extraña pues, que no hayan dejado constancia de ese entresijado mundo decorativo que tanto morbo despertó entre los detractores de la masonería.
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Detractores que no se «cortaron ni un pelo» que dirían los mas castizos, para presentar a la Institución masónica con carteles o grabados que la reflejaban como vengativos cortadores de cabeza a través de satánicos ritos.
Nada de todo ello movió a los fotógrafos masones, como para atreverse a plasmar la inocencia existente en las prácticas masónicas. Lo máxime que llegaron a realizar, al menos que se sepa, son los daguerrotipos de insignes masones armados de banda y mandil, o con algunas de las herramientas que les distinguía como grandes dignidades de la Orden, tal y como hizo Ricardo del Río.
Por otro lado, los fotógrafos masones constituyeron a su vez una vanguardia profesional que como bien expresa Francisco Crabifosse «harían suyo en una formulación propia, cuyos matices contribuirían a su definición fotográfica en el contexto asturiano».
La ciudad rica en matices paisajísticos, industriales y sociales atrae a una buena caterva de artistas, y profesionales ligados a la fotografía, o la litografía, algunos de los cuales pululan por los mismos centros fabriles como La Industria, o La Asturiana que fueron algunos de sus primeros destinos. Luego le sucedieron las aulas de la Escuela de Artes y Oficios, el Instituto Jovellanos o el propio Ateneo-Casino Jovellanos, que van a constituirse en los lugares de impartición de sus conocimientos y también de sus avanzadas técnicas.
Algunos ya eran masones de viejo cuño, otros se vincularán tras su establecimiento en el cerrado círculo empresarial que domina la vida social de la ciudad.
Sus peripecias curriculares serán diversas y variadas, como así nos lo dejarán ver cada uno de ellos en su quehacer profesional y masónico.
Las primeras noticias que tenemos de miembros de la masonería del siglo XIX, dedicados a las artes liberales son varias: la de un miembro originario de Bélgica, este país junto con Francia, va a tener un acento especial entre los masones asturianos, pues el primer taller masónico que se va establecer en la ciudad estará vinculado con el Gran Oriente de Francia y, muchos de sus componentes, de la llamada primera ornada, son súbditos belgas y, de la república francesa, para quienes el triple emblema de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que va a presidir los frontispicios de las logias, los balaustres y planchas de los masones con la abreviatura de L:.I:.F:., (2), tendrá un doble sentido.
Ese súbdito belga ligado a las artes liberales va a ser Pierre Louis Guilhou, hermano del gran industrial Numa Gilhou que puso en Asturias a funcionar todo un emporio industrial como fue la Fábrica Mieres, frente a la cual hoy se encuentra el llamado Cementerio
(2) Son los tres principios que componen el lema emancipador y regenerador de la masonería.
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de los Franceses, uno de los enterramientos funerarios fuera de los lugares diseñados para ello, y en el cual está enterrado el magnate belga (3) A Pierre Louis, de profesión pintor retratista, lo tenemos localizado en la primera logia que se instala de Gijón bajo los auspicios del Gran Oriente de Francia Los Amigos de la Naturaleza y Humanidad, que tendrá solo cuatro años de vida, pues pronto las garras de la monarquía isabelina haciendo patente la máxima de que la masonería iba en contra de los fundamentos de la Corona y el Altar, arremete con una orden fechada el 1 de mayo de 1853 disponiendo la persecución de las sociedades secretas.
Una desgraciada carta del Venerable de la logia gijonesa Joaquín Cabrera encontrada durante el registro de la logia de Gracia, (Barcelona) trajo para el taller gijonés fatales consecuencias produciendo el desbaratamiento de la logia y el encarcelamiento de algunos de sus dignatarios. Es precisamente en esa época y en las circunstancias que se dieron entre 1851 y 1853 cuando encontramos dentro de la logia a tan ilustre pintor retratista, que en marzo de 1853 va a ser elegido como Diputado ante el Gran Oriente de Francia, Francia, nombramiento que rehúsa puesto que tiene pensado partir como así lo expresa en carta ante
el Gran Secretario del Oriente de Francia: «Hagan el favor pues, muy queridos hermanos de no dar ningún curso a esta demanda. La logia había pensado sin duda que me instalaba para siempre en este oriente. Voy a escribir inmediatamente a la logia para testimoniar todos mis pesares por no poder por mi próxima partida cumplir el mandato que habían querido confiarme».
La estancia de Pierre Louis Guilhou, en la región viene determinada por la floreciente industria del vidrio que, necesitada de profesionales, contrató a diversos artistas entre ellos a Guilhou, que reunía la doble condición de pintor y de daguerrotipista (dado que en ese periodo se denominaba retratista principalmente a aquéllos que utilizaban la técnica fotográfica para realizar retratos). Su estancia fue excesivamente larga, dada la escasa demanda existente, por lo que Guilhou debió estar vinculado al colectivo de artistas reunidos en torno a la fábrica de vidrio La Industria.(4)
(3) Así nos describe, Luís Miguel Piñera, en Los otros Cementerios de Asturias publicado en los suplementos de El Comercio, el pequeño cementerio mierense: «pequeño recinto de 300 metros cuadrados con tres palmeras al que se accede por una monumental escalinata y rodeado por unas cadenas. Todo en un manifiestamente mejorable estado de conservación a la orilla de la carretera. Allí está presidiendo, el mausoleo con la única inscripción de una estrella de cinco puntas la tumba de Numa Guilhou»
(4) ibidem. Página 145
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Entre esa florida y exquisita mano de obra traída de la mano de Luís Truhán, estaban también prestigiosos doradores y grabadores de probada filiación masónica: Francisco Bronner, Milius Schmidt o un tardío Ulpiano Alonso.(5)
Otro fotógrafo de origen alsaciano, muy asentado en los bancos masónicos gijoneses es Louis Rapp, que, aunque ejerce como fotógrafo local en Avilés, es un activo miembro de dos formaciones masónicas que se darán en la villa gijonesa, en la cuales se registra un primera estancia en la primigenia logia Los Amigos de la Naturaleza y Humanidad (1850-1854) donde ejerce de Orador en 1852 y, Tesorero en 1853, coincidiendo en el tiempo con Guilhou.
En este período su signación profesional en el cuadro lógico de la logia es la de obrero del vidrio. Rapp no va a estar presente en la segunda formación masónica que se va a dar en la ciudad, pero en cambio sí va a participar en la siguiente formación en la logia Amigos de la Naturaleza y de la Humanidad (1879-1886), donde le encontramos como industrial.
Quien nos aporta la noticia de su instalación como fotógrafo en este caso en Avilés, es una vez más, Francisco Cabrifosse que nos indica en su obra Historia de la Fotografía en Gijón, que Louis Rapp cederá su estudio a otro fotógrafo miembro de la hermandad masónica.
En esta logia que se circunscribe entre 1879-1886, hay otro litógrafo, que trabaja en una de las incipientes fábricas que se dan en Gijón, en concreto en La Asturiana, fabrica impulsada por Mariano Suárez Pola y que comenzará trayendo hasta sus instalaciones a diversos artistas litógrafos ingleses, entre ellos a Guillermo Goodwin, que trabajará en las dos últimas logias: Amigos de la Naturaleza y de la Humanidad y, Amigos de la Humanidad. En el primero de los talleres se iniciará un 14 de abril de la mano del venerable Apolinar Menéndez Acebal, en cuya ceremonia adoptará el simbólico de Milton. También participará en el taller más combativo de esta última década que trabaja bajo el título distintivo y acortado, de Amigos de la Humanidad, donde ejercerá en 1889 la función de 2º Vigilante, siendo a su vez uno de los firmantes del escrito que una gran parte de la comunidad extranjera y local, mucha de ella de militancia francmasona, haga llegar al alcalde Alejandro Alvargónzalez, de manos de vicecónsul británico Felipe Wals, para una posible ampliación y adecentamiento del Cementerio Civil del Sucu.
En 1886 tenemos localizado a otro fotógrafo asentado en Gijón y, que estuvo en activo hasta 1889, es José Bastide. (6) El estudioso de la fotografía F. Crabifosse, le adjudica un posible origen francés y, lo vincula a la colonia extranjera relacionada con la fábrica de vidrios, La Industria. Bastide como fotógrafo se establece en Gijón con un primer estudio
(5) Todos ellos han sido tratados en el capítulo de este mismo libro titulado Pioneros
(6) Expediente de la logia AHN A-737/10-3.
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hacia 1872, que ubica en la calle Álvarez Garaya, para trasladarse un par de años más tarde a una buhardilla de la calle Corrida nº 37, que hacía esquina con la calle Munuza.(7) Un estudio fotográfico que será con mucho, el estudio de mayor tradición de la ciudad al ser ocupado por varios fotógrafos, alguno de ellos miembros de la masonería.
El trabajo de adaptación de la buhardilla para su futura expansión como estudio fotográfico es todo un documento acerca de las ideas que manejaba Bastide, que eran de una cierta envergadura, pues dicho establecimiento servirá de morada para otros profesionales hasta que las reformas urbanas que sufre Gijón entre la Dictadura de Primo de Rivera y el período republicano harán desaparecer el preciado edificio.(8)
La vinculación de este precursor de la fotografía con la masonería va a estar relacionada con la logia Amigos de la Naturaleza y de la Humanidad (1879-1888), en cuyo taller aparece con el simbólico de Demócrito. Bastide pertenece a una logia de la cual solo existen los cuadros lógicos de 1879 y 1880. Luego hay un vacío documental de seis años en los que se carece de cualquier noticia de las actividades o cuales fueron sus miembros, tal carestía termina al encontrar un pequeño filón de cartas firmadas por José Bastide como Venerable, y que están escritas entre 1887-1888. En ellas deja traslucir sus preocupaciones acerca de que Oriente pudiera auspiciar el taller que lidera, pues si bien el taller dependía del Gran Oriente de España (GOE), el deseo era irse con el Oriente que lideraba el Vizconde de Ros, el Gran Oriente Nacional de España (GONE).
También sus cartas dejan traslucir la persecución que sufrían los más combativos miembros de la masonería, que debido a dicha militancia eran expatriados profesionalmente a otros destinos, como deja entrever la carta que dirige Bastide como Venerable al Vizconde de Ros para que éste influyera en el Cuerpo de Telégrafos, para que un hermano del taller pudiera regresar desde Pravia (destino al que había sido expatriado por un superior de ideas carlistas) a Gijón y poder así incorporarse a las labores masónicas y a sus otras ocupaciones que le ayudaban a complementar su escaso sueldo de funcionario de telégrafos.
Profesionalmente Bastide era un aventajado fotógrafo que desde su inicial especialidad de «carte de visite» va a participar de una forma activa en las labores de divulgación de la profesión como medio de comunicación, para lo cual tomando como base el Ateneo-Casino Obrero imparte diversas conferencias de tipo científico, las cuales va a
(7) Dato que aporta Crabifosse en su libro de la historia de la fotografía en Gijón, y que se confirma en las cartasde Bastide al Vizconde de Ros, en una de ellas fechada el 4 de junio de 1888, aparece un sello de José Bastide “fotógrafo” C/ Corrida 37- Gijón.
(8) Proyecto que puede verse en el libro citado de Crabifosse, pag 30-31.
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ilustrar con diapositivas, como así lo recoge la prensa local del momento.(9) Bastide va a tener además, una fuerte repercusión profesional, pues de su estancia y trabajos en la ciudad se recogen muchas noticias en la prensa local y regional.
Otro profesional de la fotografía que pasó por el estudio de la calle Corrida 37, fue Antonio Quiroga.(10) Victoria Hidalgo en su libro sobre la masonería asturiana del siglo XIX le cita como miembro de la logia Amigos de la Humanidad, al que sitúa en la logia entre 1893-1894, con el simbólico Moherlesson. Sin embargo la presencia de este fotógrafo en la masonería hay que retrotraerla hasta la logia Amigos de la Naturaleza y Humanidad, bajo los auspicios del GONE, como así lo afirman Nicanor Alonso como ex -Venerable, Luciano Coste como ex 1º Vigilante, el ex secretario Julio Peinado y el Maestro de Ceremonias Ricardo del Río, en un documento que expiden el 21 de febrero de 1905 y en el cual también indican que su compañero y hermano masón pasó por sus méritos del grado Rosacruz (18º) al grado 30º de Gran Elegido Caballero Kadosh.
En este documento hay una curiosidad, y no está tanto, el que Quiroga, se iniciara en una u otra logia o tuviera uno u otro grado, sino en la fecha de emisión de la carta: 1905. Esto significa que la masonería asturiana no concluye abruptamente a partir de 1898, sino que de algún modo irá perviviendo a través, fundamentalmente, de la logia Amigos de la Humanidad, que en esa época parece ser la única que tenía alguna actividad, al menos administrativa al firmar tal balaustre. Y no deja de ser curioso que extiendan una documentación administrativa con sus respectivos sellos y cuños, cuyo hecho concluye con otro argumento y es, que la finiquitación de la masonería del siglo XIX que daba Victoria Hidalgo, no es tal, puesto que fuera de esos plazos que se marcaron en su día por dicha profesora, tenemos a otros miembros de la masonería asturiana pululando por diversos acontecimientos en representación de sus respectivas logias, como pudiera ser el caso de César Álvarez Cascos en representación de su logia, en el Congreso de Librepensamiento de 1902, cuyo taller se da por finiquitado mucho antes.
Es cierto que los vacíos documentales de las logias asturianas permiten muy pocas disquisiciones sobre los periplos curriculares de sus miembros, bien por ausencia de la documentación, bien porque los datos consignados son tan escasos que permiten pocas más averiguaciones, de ahí que la siguiente noticia que tenemos de Quiroga es el hecho de tenerlo ahora asentado en los valles de Madrid en el seno de la logia Progreso nº 88 con el grado 30,
(9) Vesubio y las Ruinas de Pompeya. El Comercio, Gijón, 16/11/188. ; Los animales prehistóricos. El Comercio, Gijón, 27/11/1888.
(10) Expediente personal. AHPA expediente 3 legajo 385.
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habiendo sido elegido para desarrollar el grado de 2º Experto en el período de 1905 al1909, noticia que se comunica mediante el Boletín del GOE en agosto de 1905. Sin embargo en noviembre de ese mismo año se le concede la plancha de quite. No deja de resultar paradójica la querencia de los francmasones por la logia Progreso de Madrid, pues estamos viendo que varios son los que se incardinan desde los talleres asturianos hasta ella y en otras ocasiones son otros los que dan el salto desde dicha logia a las tierras asturianas: así tenemos a Segy Martí, a Medina Farias y, ahora, a Quiroga.
La irrupción de Antonio Quiroga en el mundo de la fotografía, rompe con los moldes clásicos, pues su Sociedad Electro-Fotográfica desde su concepción de fotógrafo ambulante, va a ir estableciendo toda una red de estudios por toda la península dependientes de una casa central que él mismo administraba. Siguiendo tal pauta abrió estudios en Málaga, Zamora, Salamanca, Bilbao, Lérida y aunque Crabiffosse le da como ausente de Gijón entre el año 1893 y 1894, lo cierto es que en ese curso masónico es nombrado para el desarrollo del importante cargo de Orador de la logia, que es imprescindible para el funcionamiento de la misma y no parece por las actas del taller que las ausencias sean notables.
Al estar el activo Quiroga en posesión de los altos grados masónicos, era lógico que tenían que abrirle muchas puertas en ese intento de expansión comercial, lo que es fácil de imaginar dadas las relaciones de fraternidad y ayuda que se establecen entre masones, y está claro que tanto Quiroga como sus hermanos de sociabilidad podían prestarse valientes servicios, tal vez sea la explicación cabal de por qué encontramos al frente de su estudio de Oviedo al futuro francmasón Julio Pintado. ¿Tendría algo que ver en esa labor publicista y de favor el que ofreciera en Gijón en 1892 por 20 céntimos un retrato de Práxedes Mateo Sagasta, a la par reconocido hermano francmasón y Gran Maestre del Gran Oriente de España?.
Contemporáneo a estos dos fotógrafos tenemos también a otro conocido profesional local, aunque aquí le traiga con la simplificación de nombres y apellidos que él tomó para firmar sus obras: Marceliano Cuesta. Sus apellidos eran García Menéndez Cuesta y García, y que a decir de Crabiffosse que le dio como nacido en Gijón, cuando es probable que fuese originario de Muñás de Arriba perteneciente a la parroquia de S. Pedro de Carcedo en el concejo de Valdés de donde era proveniente su familia. Será a través de los contactos que tuvo con distintos fotógrafos, concretamente con Carlos Mieg como se inicie en la fotografía hacia 1866. Abre su estudio en 1867 en la céntrica calle de Los Moros, lo cual le supone un fuerte desembolso, para lo que procede a hipotecar varios inmuebles que tenía en su tierra natal, aunque las dificultades de pago son claras ya que tendrá que posponer los pagos hasta
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1869.Realmente le costará salir adelante con dicho emplazamiento lo que le obligará a deambular con la cámara al hombro entre Gijón, Oviedo y Avilés, siendo en esta última villa donde ocupará un estudio cedido por su hermano de banco masónico Louis Rapp, el mismo que reseñábamos anteriormente.
Marceliano Cuesta se inicia en la logia Amigos de la Naturaleza y de la Humanidad (1879-1886), en la cual le encontramos mediante un cuadro lógico de 1886. En dicha logia procede a imponerse en la ceremonia de iniciación, el simbólico de Arquímedes. A pesar de tan expresivo nombre simbólico, Marceliano con su imaginaria palanca no puede levantar a su familia con la fotografía, profesión que abandona para dedicarse a otras labores más fructíferas, de hecho, en ese cuadro de miembros de la logia queda consignada su profesión como industrial. Era socio de una tejera en Cayés (Llanera) y también entró en el sector de la destilería a través de la Alcoholera de Veriña, donde no solo terminó haciéndose con la propiedad, sino que además sus licores obtuvieron una medalla de oro en la Exposición Universal de Bruselas.
Este inquieto francmasón activo republicano, cuya faceta política tocaremos más adelante, estuvo implicado así mismo en otras empresas y proyectos como fue la memoria sobre la piscicultura, que fue premiada en la Exposición Regional celebrada en 1899 en Gijón.
Su descendencia, fruto del matrimonio con Ramona González López, fallecida ya centenaria, le reportó siete hijos entre los que destacaron Jesús y Marceliano, por su afición al ciclismo en cuya actividad eran famosos, puesto que aglutinaban a su alrededor el mundo del velocípedo tanto lúdico como deportivo, del cual no solo conocían todos sus secretos, sino que además eran muy diestros en su manejo. Una foto de Marceliano (hijo) vestido de ciclista la podemos contemplar en el libro ya citado de Crabiffosse (11). Ambos hijos fueron a su vez miembros de la masonería, Marceliano (hijo) (12) fue iniciado en febrero de 1924 en la logia Riego con el simbólico Watt y llegará a vestir el mandil de Maestro Masón (3º) en diciembre de 1928, a causa de lo cual terminará siendo citado en la Causa General 155. Su hermano Jesús, (13) que había nacido en Veriña (Gijón), el 26 de julio 1879, en su simbólico intentará recuperar sus viejas raíces familiares, para lo cual se autoimpondrá el nombre de Cangas de Tineo en una ceremonia que se celebra el 6 de octubre 1922, en el seno de la logia Jovellanos, donde pedirá la plancha de quite para poder constituir de forma regular
(11) Ibidem Pág. 134.
(12) AHN Expediente personal 6 Legajo 750.
(13) AHN expediente nº 17. Legajo 407.
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la logia Riego, cuestión que se comunica al Gran Consejo del Grado 33, en diciembre de1923.En marzo de 1931, Jesús Cuesta será dado de baja por falta de asistencia y pago. Y al igual que su hermano será citado como masón en la Causa General 155. Marceliano siguiendo buena parte de las pautas que se dan en los miembros de la masonería gijonesa va integrarse en el republicanismo federal, formando parte activa del Círculo Republicano Gijonés en cuya organización desempeñó en 1869 el cargo de secretario, formando parte de la candidatura para la Diputación Provincial de Asturias junto con Eladio Carreño y Melquíades Álvarez. Este último con el paso del tiempo formará parte de la masonería gijonesa del siglo XX.
Como hemos podido observar la logia Amigos de la Naturaleza y de la Humanidad, se constituye en un auténtico vivero de fotógrafos, tal vez la relación de unos con otros, era la mano que mece el picaporte de la puerta masónica y el aval necesario para poder entrar dentro de la hermética orden. Así es como dentro del mismo taller encontramos al hermano Gutemberg, cuyo simbólico nos despistó al vincularlo con la tipografía y más siendo su signación profesional en el cuadro logial el de industrial, pero será de nuevo Crabifosse el que nos aporte la pista necesaria para luego ir reconstruyendo el discreto currículo masónico de este ambivalente tipógrafo: Juan Arranz de la Torre, (14) al que seguimos a través del citado estudioso de la fotografía asturiana.Arranz de la Torre, nace en Vigo hacia 1825. Sus padres Fernando Arranz de la Torre y Narcisa Barredo son naturales respectivamente de Fuente Saúco (Zamora) – no Salamanca como indica Crabifosse – y Santander.
La familia se estableció en Oviedo a mediados de la década de los cuarenta, dedicándose probablemente ya el padre, a las labores de imprenta. Juan Arranz continuó la tradición familiar ejerciendo la profesión de impresor en dicha ciudad. […] «Personalidad inquieta, participó en diversas empresas editoras» Arranz de la Torre va a trabajar en la galería de los señores Crespo y Cruz, a los cuales terminaría adquiriendo su establecimiento pasando a denominarse la empresa Torre y Compañía, cuya sede se situaba en la calle Libertad 32. Juan se inició masónicamente el 31 de enero de 1877, en una logia dependiente del Gran Oriente de Francia, la cual no podría ser otra que la logia Los Amigos de la Naturaleza y Humanidad que Victoria Hidalgo da como concluida en 1875, sin embargo las fechas de diversos iniciados datan de 1877, salvo que Amigos de la Naturaleza y de la Humanidad no empezara a trabajar en 1879 bajo el GONE, como indica la historiadora Victoria Hidalgo,
(14) Ibidem . Pág. 124.
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sino bajo el GOdF dos años antes y luego cambiara más tarde al GONE, cuestión muy típica esta de cambios de Obediencia que ha llevado a más de una confusión a los estudiosos del tema.
Juan Arranz de la Torre en el último cuadro lógico que se posee de la logia, que data de 1880, consigna que posee el ribeteado mandil de Maestro Masón (3º). Con setenta años pasa al Oriente Eterno. Como anécdota casual decir que fallece el mismo día en que se había iniciado, un 31 de enero, pero evidentemente unos años antes en 1895. Un nieto suyo también formará parte de la masonería: Juan Méndez Arranz de la Torre, cuya referencia se puede encontrar en el capítulo: Prensa y Periodistas Ricardo del Río,(15) es francmasón, y uno de los pocos fotógrafos gijoneses. Nacido en 1857 del matrimonio luanquín formado por Bernarda Fernández Ricardo y Santos del Río Artime, que se había ubicado en Gijón, puesto que trabajaba en la Fundición Kessler, Laviada
y Cía.Ricardo, como otros muchos hombres de la época con la inocencia aún colgada de la primera pelusilla viril entró a trabajar en la fabrica de vidrios La Industria, donde su afición por la fotografía fue en aumento hasta llegar a iniciarse en tal actividad en 1881, desarrollando las labores de fotógrafo ambulante, especialidad en la cual perdurará unos cuantos años, pues en febrero de 1896 pulula por Villaviciosa donde anuncia sus servicios durante algunos días, trasladándose al Monasterio de Valdediós, para realizar las clásicas fotografías de grupos escolares, en las cuales parece ser era todo un especialista.
Hay un momento en la vida de Ricardo, intenso, pues no solo gana el «Premio al Mérito» en la Exposición Local de 1891, sino que contraerá matrimonio con Escolástica Bárzana y Fontán, que fallecería unos años más tarde dejando como fruto de su relación con Ricardo, cinco hijos. Será por esas mismas fechas cuando Ricardo del Río levante el picaporte de la puerta de la masonería, concretamente lo hace ante las puertas de la logia Amigos de la Humanidad y, a buen seguro que de la mano de alguno de sus colegas fotógrafos y, será mediante esta membresía, cuando conozca a Antonio M. Quiroga, miembro de la misma logia y colabore con él en el proyecto de expansión que este último estaba desarrollando, y en esos entretiempos también visita como fotógrafo la villa de Grado, tal y como comenta Crabiffosse en su libro sobre la Historia de la fotografía en Gijón. Ricardo del Río se inicia en los misterios del maestro Hiram, en cuya ceremonia se autoimpone el simbólico de Daguerre como no podía ser menos para un fotógrafo. En el seno de esta formación alcanza el grado de Maestro Masón (3º), al menos así lo recoge el cuadro
(15) Ibidem Pág. 182.
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lógico de 1894. Dado el vacío documental, no podemos definir cuales fueron ni sus cargos ni sus años de trabajo masónico, y menos aún sus aportaciones como masón. Tres años más tarde en 1897, inaugurará su propia galería en el antiguo estudio de Enrique Marquerie ubicado en la calle Libertad 43, realizando trabajos baratos que publicita de este modo «Visitas por 10 reales» , compaginando tales trabajos con copias fotográficas de cuadros como La familia de un anarquista el día de la ejecución del pintor Ventura Álvarez Sala, conectando así con la radicalidad que se da en la formación masónica en que milita, pues como ya expusimos este taller gijonés es uno de los más combativos contra la presencia en Gijón de los denominados «cogolludos». Aunque también el taller en que se incardina es combativo con los Jesuitas no deja por ello de hacer hincapié en las labores de beneficencia. Es este taller Amigos de la Humanidad, un tanto heterodoxo si lo comparamos con los que le precedieron o con sus propios contemporáneos, pues sus ataques a la iglesia van a ser sonados, a lo cual se suma su labor de caridad y beneficencia, y si ello fuera poco, el liderazgo del taller va a recaer durante algún tiempo en la persona de un pastor evangélico, lo que le convierte en un taller singular.
Las evoluciones de Ricardo del Río nos las relata ampliamente Crabriffosse, detallándonos sus distintos periplos al frente de los cuales no solo estará él mismo, sino algunos de los hombres que conformaran la masonería del siglo XX. Así es, como encontramos a Luís Medina Farias que será el encargado de la sucursal que Ricardo abra en la Calle Corrida 37. Ricardo dejará este mundo el 25 de enero de 1921 con 64 años de edad.
Pese a morir en pleno siglo XX, en cuyos comienzos tenemos una masonería que irá consolidando desde la primera década del siglo, el nombre de Ricardo aparece como uno de los puntales masónicos en los que supuestamente debería haberse apoyado esa nueva masonería. ¿Cuál fue la razón para esa ausencia? En realidad, no la sabemos, pues el vacío documental existente en las logias llevó a la creencia de que ésta había naufragado a la par que el desastre del 98, luego por otros pequeñísimos indicios vemos que no, y comprobamos que una pequeña parte de esa masonería siguió adelante. De hecho, ahí tenemos a Ricardo del Río firmando en 1905 un reconocimiento de méritos masónicos. También hay que pensar en otra dirección, y es que los nuevos puntales masónicos del siglo no salen por arte de magia o cábalas alquímicas, sino de la vinculación con los viejos hombres del siglo XIX, que de alguna manera les insuflan un nuevo espíritu ya que ellos se sienten ya muy vencidos por la historia y por el tiempo, aunque, ya digo, que son especulaciones pues las nuevas fuentes documentales masónicas que vamos a manejar
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correspondientes al primer tercio del siglo nada nos digan sobre ello y, todo parezca indicar que esta nueva masonería del siglo XX nace como por generación espontánea. Hasta ahora hemos hablado de los fotógrafos, pero habría que hacerse una pregunta ¿Qué hay de masónico en sus obras?. La verdad es que es un trabajo de investigación difícil y que aún no se ha abordado y que dada su escasa presencia, es posible que hubiera que ampliarlo a todo el territorio peninsular para que dichos datos pudieran tener alguna consideración, fuera de lo puramente anecdótico.
Con respecto a los que estamos tratando hay un trabajo de Ricardo del Río muy relacionado con la masonería y, es un excepcional documento fotográfico (16), en el cual vemos a Marcelino Aguirre Vitorero, vestido de Maestro Masón (17). El estudio en que se realiza la fotografía estaba ubicado entre las calles Cabrales 55 y Corrida 37. Existen en el fondo documental de Salamanca, que no tienen asignada autoría y que bien pudiera ser de Ricardo del Río, o de algunos de los fotógrafos que actuaban en Asturias, pues en ellas aparece la construcción del edificio de la sede de la Gran Logia Regional del Noroeste.
También en la ciudad de Gijón tenemos a otro reconocido fotógrafo francmasón Julio Peinado Alonso. A éste se le había vinculado a la nueva masonería que se va a dar en el siglo XX, de él nada nos dice la profesora Victoria Hidalgo sobre su posible membresía en la masonería del XIX, y sin embargo entre los papeles de la logia Amigos de la Humanidad, encontramos el documento, ya citado, que firman: Nicanor Alonso como ex Venerable ,Luciano Coste como 1º ex Vigilante, Ricardo del Río como Maestro de Ceremonias y como ex Secretario de la logia Amigos de la Humanidad en los valles de Gijón, Julio Peinado Alonso con el grado de Maestro Masón (3º). Lo cual nos está indicando que su membresía a la Orden de los Hijos de la luz viene de lejos. Peinado Alonso se va a constituir como el profesional por excelencia que se adapta a una ciudad en continuo proceso de cambio sabiendo dosificar su talento para ir dando todas las novedades que ofrece el medio y una demanda cada vez más interesada en sus productos. Julio Peinado es natural de Valladolid, ciudad donde le traen al mundo el 21 de septiembre de 1868 (18), sus padres Rafaela y Juan. La familia al completo y con un mozalbete que ya tiene catorce años, arriba a Gijón de la mano de la profesión de su padre, que buscaba mejores perspectivas para su prole instalando de esta manera un primer estudio fotográfico en la calle San Bernardo, en cuyo edificio vivía toda la familia.
(16) AHN. Signatura SE-MASONERIA-A foto 333.
(17) Marcelino Aguirre fue exaltado al grado 3º el cinco de diciembre de 1914.
(18) Crabiffosse en su libro sobre la fotografía en Gijón, al igual que Patricio Adúriz en su libro Crónica de la Calle Corrida exponen que Julio Peinado había nacido en 1869, sin embargo en los documentos masónicos se consigna con fecha de 1868.
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Con apenas 19 años, Julio Peinado se casa con Joaquina González Guinea, de familia que, como dirían los castizos, era de pura cepa gijonesa. Con dicha señora llega a tener ocho hijos, y pasando a trabajar profesionalmente a Oviedo, a un estudio que abrirá en la calle Fruela desde el cual irradiará una intensa labor que le lleva a contar con la presencia de aprendices deseosos de iniciarse en la aventura de la fotografía.
En su labor de innovación se destaca, como así lo hace la prensa ovetense, la adquisición de «un nuevo aparato de luz de 6.000 bujías mediante el cual hace por la noche fotografías instantáneas con igual perfección que valiéndose de la luz solar». (19)
La era de los Peinado en el mundo de la fotografía es amplia, pues tal y como indica Adúriz en su libro, va desde 1883 hasta 1940, trayecto en el cual se va perfilando un avanzado industrial y, un preocupado francmasón de reconocido prestigio en ambos campos. Su colaboración con otro hermano francmasón, también fotógrafo Antonio Quiroga le obliga abandonar Oviedo e instalarse de nuevo en Gijón, aunque tendrá que encargarse de buena parte de las tareas y compromisos que va adquiriendo Quiroga en su labor de expansión industrial.
Así, vemos a Pintado encargándose de la sucursal que Quiroga había montado en Ferrol, lo cual conlleva que, dada su profesionalidad, y la hermandad existente entre ellos y la fraternidad a la que les obliga el ser miembros de los Hijos de la Viuda, termine asociándose como «representante en propiedad administrativa con firma autorizada ante notario indicando Quiroga- que todos los trabajos del estudio están a cargo del inteligente artista fotógrafo D.Julio Peinado Alonso (20).
La ascendencia de Quiroga, tal y como expresa Crabiffosse se va dejar notar tanto en la apuesta profesional, como en el ingreso en la masonería de su colega y amigo al que en 1898 vemos entrar en la cámara de reflexión, (21) y momentos más tarde iniciar los tres viajes que debe realizar el profano que desea adentrase en el mundo de la masonería, y así es como Julio Peinado, con 30 años entra en la logia Amigos de la Humanidad, y escoge como nombre simbólico el de Nipse.
(19) El correo de Asturias, Oviedo, 17 de octubre 1891.
(20) Ibidem. Pag. 173 y sgts.
(21) Habitación de muy reducidas dimensiones y casi en plena oscuridad y donde se encierra al profano con una serie de símbolos y frases antes de dar comienzo a las ceremonias de iniciación.
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No sabemos con fecha exacta cuándo abandona la masonería, puesto que su logia se va ir extinguiendo en el tiempo y, parece que tan solo queda la parte administrativa, tal y como lo demuestra un escrito que se realiza en 1905 y que ya se comentó en varias ocasiones. Su presencia, la vamos a echar de menos en el nuevo renacimiento masónico y, comprobamos que es del todo reacio a incorporarse a los nuevos e ilusionantes trabajos masónicos, y todo ello a pesar de que tiene conocidos y amigos que en parte están liderando la puesta en escena de nuevas columnas sobre las cuales se asentarán los nuevos cimientos dela masonería gijonesa.
Su reincorporación no está exenta de cierta presión y hasta de una posible maquinación, puesto que por un lado se estaba preparando la reorganización del GOE en Grandes Logias Regionales y por otra, ciertas personalidades de la masonería gijonesa estaban preparándose para abordar ese salto organizativo y necesitaban de pesos pesados como Julio Peinado.
Durante ese renacer masónico, el prestigio de Peinado es inmenso ya que en 1916, goza de fama al proclamarse oficialmente como fotógrafo de S.A.R. la Infanta doña Isabel, y es en medio de esa aureola profesional en la que se circunscribe su reconocimiento como masón, que se produce el 5 de enero de 1923, en el seno de la logia Jovellanos nº 337, que le reconoce como procedente del Gran Oriente Ibérico, y cómo no, también del grado que ostentaba de Maestro Masón (3º), aunque un mes más tarde Julio Peinado está pidiendo la plancha de quite para levantar las columnas de la logia Riego nº 2, y en cuyo taller ocupará el cargo de Secretario.
Su permanencia en la masonería se va a registrar hasta 1926, luego su estela desaparece dado que hay un vacío documental que no nos permite saber cómo prosiguió el currículo de Julio Peinado, que debía estar muy metido en sus trabajos profesionales, pues
desde su salto a la logia Riego como Secretario, no se le encuentra entre las grandes dignidades que presiden la logia ni dentro de la estructura de la Gran Logia Regional del Noroeste. Sabemos que en 1925 presentó una selección de fotografías en la Exposición de la Hulla Blanca de Grenoble y, que partir de aquí sus descendientes serán quienes se vayan haciendo cargo del negocio y que en 1926, «tras el cierre del Teatro Jovellanos, se integra en aquel Gijón Cinema inaugurado el 15 de julio de 1926 con la celebérrima serie muda El Prisionero de Zenda. Yo recuerdo como si fuese ahora que, ya embalados por la década de los treinta, los mocosos
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del barrio del Carmen andábamos a la caza de aquel amable operador que era Julio Peinado para, día tras día, pedirle vistas que él nos proporcionaba a montones y gozando como un «verderón»”(22) El 17 de diciembre de 1940 fallecía en su casa de la calle San Bernardo y, con él, como decía Patricio Adúriz perdíamos a lo que vino a simbolizar lo que por antonomasia denominaremos «la belle epoque de la calle Corrida».
Otro miembro de la estirpe de los Peinado, que está también inmerso en la masonería su hijo Juan Peinado González que, a partir de 1925, irá supliendo junto con sus hermanos a su padre en las labores del estudio fotográfico, sin que por otra parte los estudiosos de la fotografía local, nos puedan dar más señas sobre su trayectoria profesional. Lo que sí sabemos es que Juan Peinado González sigue masónicamente los pasos de su padre, tal vez influido por éste. Su vinculación a la masonería la tenemos a través de la comunicación que Alberto de Lera realiza ante el Gran Consejo Simbólico de la Orden, por la cual él y otros masones como Juan Peinado Alonso, constituirán la base para la logia Riego nº 2, y será el cuadro lógico de ese taller el que nos indique que Juan Peinado ha nacido el 4 de marzo de 1903 y que su profesión es la de empleado, nos imaginamos que del establecimiento de su padre. Peinado, hijo se inicia en el seno de la masonería gijonesa el 26 de enero 1923, imponiéndose el simbólico de Monte Arruit, tal fecha nos viene a decir que su inclusión en la masonería viene de la mano de su padre que acababa de regularizar su situación masónica de durmiente. Con este francmasón pasa lo mismo que con su padre, una vez dentro de la logia Riego ambos se disuelven en el vacío documental que aqueja a la masonería asturiana.
Ya en pleno siglo XX, y situados en ese renacer del siglo, en el curso de la primera década y dándose la mano la vieja masonería que ve apagarse del todo sus ya casi extinguidas luces que parecen reavivarse a través de las nuevas aportaciones, iniciándose todo un proceso de regeneración masónica que vendrá a través de los básicos cimientos que colocaran los miembros del triángulo AMESE entre los que se encuentra Luís Medina Farias (23). Luís Medina Farias, es un andaluz nacido al cobijo de la Mezquita de Córdoba, el 1 de enero de 1877. Su ocupación profesional como fotógrafo le lleva a establecerse en Madrid, en cuyos valles se inicia como francmasón dentro de la logia Progreso nº 88 y adoptando, como es ya natural dentro de la masonería española, el simbólico de General André. Su diploma de iniciación lleva fecha del 13 de febrero de 1905, siendo exaltado al grado de Compañero (2º) por la misma logia el 24 de junio del mismo año.
(22) Adúriz, Patricio: Crónica de la calle Corrida. Biblioteca Julio Somoza. Ed. Silverio Cañada Gijón 1990.
(23) AHN Expediente personal 31 legajo 93.
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Debe ser por esa época cuando se casa con Matilde Benedet con la cual se traslada a Gijón sobre 1907, para un años después incardinarse en el proyecto de otro fotógrafo del que hemos hablado, Ricardo del Río, y llevar así la sucursal que éste había abierto en la calle Cabrales 55.
El emprendedor cordobés no pasará mucho tiempo bajo la batuta de Ricardo y empieza a acometer las acciones necesarias para establecerse, cosa nada fácil, ya que hacen falta recursos y además va dar otro salto importante estableciéndose en una planta baja, lo cual consigue mediante la ayuda de su padre, a cuyo nombre registra la matrícula comercial e industrial, dando lugar al estudio La Fotografía Moderna que se inaugura el 17 de abril de1910.
Es en ese período de gran intensidad, cuando dan comienzo las primeras reuniones para conformar lo que pasando el tiempo serían las bases de la masonería del primer tercio de 1900. El 15 de octubre de 1911 diversos francmasones formarán un triángulo masónico integrado por Nicanor Alonso, Francisco Seguy y Medina Farias, este último secretario del taller que comenzaría en esos momentos la andadura: «Reunidos los hh.: que la margen se expresan, propuso el h:. Francisco Seguí Marty (grado 32) la formación de un :. para despertar en estos Vall:. a los hh:. durmientes y proseguir los trabajos de propaganda en bien de la Orden y del progreso. Teniendo presente que se había remitido al G:. O:. Una carta con el mismo acuerdo sin consignar el nombre del :. y estando conformes los demás hh:. en lo propuesto se acordó por unanimidad darle el nombre de AMESE, al mismo tiempo que nos recuerda la obligación de aunar, se recordará los nombres de los tres fundadores, ya que está compuesto con la primera sílaba de cada uno, en esta forma A-M-SE (24).
La presencia de Medina Farias en la masonería gijonesa, a pesar del esfuerzo inicial que supone levantar las columnas de un nuevo taller, va ser muy corta, pues en julio de 1912 el boletín del GOE ya recoge la entrega de la Plancha de Quite para el francmasón General André y, de hecho, en las catas del triángulo que existen a partir del 5 de julio en el que aparecen sus otros compañeros y alguna adición más, ya no está el hermano Medina .¿Cuál fue el motivo de esa rápida marcha? A ciencia cierta no se sabe, ni las actas que se poseen dejan al descubierto que podía haber pasado para ese pronto abandono. Tal vez, la inclusión de profanos para iniciar no le gustaran y menos que pronto se diera el paso para constituir una logia bajo el patronímico de Jovellanos. O que sus negocios le impidieran seguir ejerciendo las responsabilidades que había tomado como secretario, pues en esa época.
24 AHN. Expediente del triángulo AMESE. A-737 /2-2 y B-737/2-1
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estaba ofreciendo «una docena de retratos mignón por una peseta para que puedan retratarse hasta los niños y niñas más desheredados de la fortuna.(25)
Nuestro durmiente francmasón aún permanecerá activo profesionalmente unos años, aunque la prensa ya no recoge sus trabajos, a excepción del hecho perturbador que recoge el diario El Comercio: Otros aficionados a la fotografía de menor entidad son entre otros: Luís de Lera Cristóbal, al que los servicios franquistas confunden con su hermano masón José de Lera Cristóbal (26), nacido en Gijón el 26 de noviembre de 1907; de profesión empleado y al que encontramos en la logia Riego nº1, donde se inicia en mayo de 1930, con el simbólico Serín,y cuyo domicilio estaba situado en la carretera de Ciares nº 14.
Dentro del Grupo de Excursionismo y Fotografía del Ateneo Obrero, cuyo reglamento data de 1923, tenemos a otro francmasón, al dentista Gaspar Citoler (27) que representó en octubre de 1913 a su grupo en el Congreso Nacional de Fotografía celebrado en Zaragoza.
Gaspar Citoler Sesé es natural de Huesca donde había nacido en 1894, recala en Gijón y se afilia en la masonería en la logia Jovellanos 337 con el simbólico «Marne». Tiene pues, una larga trayectoria masónica. Su primer mandil lo recibe en diciembre de 1918, llegando a la maestría en enero de 1922, ocupando diversos cargos de importancia: 2º Vigilante, en el curso 1922-23; y Orador en el siguiente Obtiene el grado 4º y, parece que se marcha a Argentina, con su plancha de quite, reafiliándose en logias de la Gran Junta Simbólica Argentina, donde también se registra otra plancha de quite en 1927 de la logia Renovación y, un nuevo alta en la logia Acacia, ambas en los valles de Buenos Aires. De Acacia se irá con su documento de baja sobre 1928; luego los documentos son muy confusos puesto que el rollo nº 6 de la Causa General 155 de Galicia y Asturias nos dice que ha fallecido, y en un documento secreto de la Comisaría General de información del 6 de julio de 1940 se dice «que tal Gaspar Citoler afiliado a la logia Constancia nº 17 de Valladolid» sin que se especifique el segundo apellido y el año de estancia.
Otro experto aficionado es Darío Goutayer, hermano a su vez de otro conocido masón relojero Aurelio Goutayer Fernández de simbólico Breguet. La saga de los Marquerie, dinastía de grabadores en madera y litógrafos de origen francés, que se establecieron en Madrid sobre 1830, terminará a través del fotógrafo Enrique Marquerie Alonso, vinculándose con Gijón, y será a través de esa estancia en la ciudad
(25) ibidem Pág. 169
(26) AHN. Expediente personal nº 14, legajo 396.
(27) AHN. Expediente personal nº 5, legajo 360.
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gijonesa cuando se vinculen con las labores masónicas, cuya pertenencia va hacer efectiva Carlos Marquerie, de profesión litógrafo, que en el curso de 1882-1883, le tenemos iniciándose dentro de la logia Fraternidad Ibérica de Madrid, con el simbólico de «Senefelder». En esa misma logia nueve años más tarde se integrará el que fuera concejal en el Consistorio gijonés Eduardo Guilmain.
La estancia o proveniencia de masones de las logias madrileñas es una cuestión que está bajo estudio pues, en general se afilian o proviene en su mayoría de tres logias radicadas en Madrid: Fraternidad Ibérica, en cuya logia encontramos como Venerable a Eduardo Caballero de Puga, Manuel Nieto maestro de coros del Real, así como el también Maestro Jiménez Delgado o Tomás Bretón, en la logia Progreso y en el Capítulo Esperanza tenemos a Eduardo Barriobero, Emilio Menéndez Pallarés y, al vegadense Augusto Barcia Otro fotógrafo, no masón pero que realizó fotos a distinguidos masones fue José Calvet, un fotógrafo madrileño que también ostentaba el título de “fotógrafo de Cámara de S.A.R. la Infanta Isabel”, y colaborador gráfico de publicaciones periódicas como La Ilustración Española y Americana o Blanco y Negro.
Este reproductor especializado en obras de artistas contemporáneos llega a Gijón en diciembre del 1902 con la propuesta de hacerse cargo de la dirección de fotografía de Justino Laverdure. De su vida apenas si tenemos noticias, salvo la que nos aporta el periódico local El Noroeste del 29 de junio de 1904, noticia en la cual le da a conocer las fotografías miniadas y esmaltes que en ese momento exponía en Gijón. Calvet como fotógrafo realizan en Madrid un retrato en 1915 del que luego sería Gran Maestre de la Gran Logia Regional del Noroeste Alberto de Lera a su paso por la Presidencia de la Gran Asamblea Masónica y, que está dedicada a la logia Jovellanos nº 337.(28)
(28) AHN. Legajo 205 Expt. 19. Fotografía SE-M A Foto 156
VICTOR GUERRA GARCIA
Este artículo es parte del trabajo La Masonería en Gijón, siglo XIX y XX, Sus logias y sus hombres. Inédito
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