LAUREANO VINCK CARRIÓ
(Gijón 1886 – Gijón 1963). Hijo de Luis Vinck Huart y María Concepción Carrió.
Padre de Gonzalo Vinck y abuelo de Octavio Vinck Díaz.
Vive con sus padres y sus tías en el Paseo Alfonso XII, muy cerca de la Fábrica de Vidrios.
Ante el auge de la fotografía en Francia y en el mundo, decide dedicarse a ello en Gijón y no seguir la línea tradicional de la familia, técnicos vidrieros.
Cuando llevaba ya varios años trabajando en el arte fotográfico, en 1913, y con una hipoteca avalada por sus padres, montó el estudio en el Paseo de Alfonso XII, en una ampliación del tejado de la casa, propiedad de su padre, con la finalidad de aprovechar la luz natural que se obtenía en esa estancia, y que servía para facilitar la realización de sus fotografías. Desde ese momento desarrolla una “prolífica” labor fotográfica.
Son miles de fotografías las que realiza, tanto de estudio como de calle, también se especializa en la fotografía de paisajes conseguidos en amplios recorridos que abarcaron todo Asturias. Edita numerosas series de postales y sus obras empiezan a ser premiadas y conocidas por todos.
La mayor peculiaridad es que aplica su marca “Vinck” a las fotografías que realiza, no sólo a las de estudio, como en aquel momento se tendía a hacer por el resto de fotógrafos de la época, sino a todas ellas, sin distinción. Este hecho de “marketing” publicitario hizo posible que hayan llegado hasta hoy numerosas de sus obras, al facilitar su autoría y autenticidad, lo que ha permitido ser “rescatadas”.
Laureano, con la ayuda de su mujer Aurora retocando las placas, un ayudante y Gonzalo, su hijo, hacían todo el trabajo en un proceso en el que Laureano hacía las fotos, Gonzalo las revelaba, Aurora las retocaba manualmente con lápiz. Se “raspaba” la fotografía y después se dibujaba con lápiz y se fijaba con alcohol. El sistema se llamaba ”Stone”. Las chaquetas, sombreros y corbatas se dibujaban sobre la foto.
Laureano participó en la primera película argumental realizada en Gijón » Robo de fruta», «Ladrones de fruta» o «Por robar fruta». Está considerada como la primera película argumental rodada en Gijón. Se estrenó el 22 de junio de 1905.
Laureano proyectaba también en los cines películas mudas, con proyectores de arco voltaico. Él era el operador, y el proyector que se empleaba era propiedad del cine. Las proyecciones se llevaban a cabo los fines de semana, desde las 6 de la tarde hasta las 10 de la noche. La entrada costaba 15 céntimos. Había dos intermedios para cambiar las bobinas de las películas. Se combinaban las imágenes con música.
Consiguió la exclusiva para los Cines Dindurra y el Robledo para poner la música a las películas, que, en ese momento, todavía eran de cine mudo. Hasta entonces, había un piano que acompañaba a las proyecciones y, posteriormente, una orquesta. Utilizó discos con sonido para sincronizar las películas, con altavoces en uno de los palcos.
Durante la Guerra Civil continuó trabajando hasta que, en 1937, en una de las acciones de bombardeo sobre Gijón, resultó destruida la casa número 4 del Paseo de Alfonso XII, Paseo de Begoña, donde tenía el Estudio Fotográfico, que quedó totalmente destrozado.
Alquila una vivienda, en el año 1938, en un entresuelo de la Calle Cura Sama número 5, esquina a la Plazuela de San Miguel, y allí monta el nuevo estudio y laboratorio, en los que trabajaría hasta el día antes de su muerte.
ÁLBUM DE FOTOS PERSONALES DE LAUREANO VINCK CARRIÓ