COLECCIÓN IMÁGENES POSTALES DE GIJÓN
Se reúnen en esta colección más de 1.400 imágenes de tarjetas postales sobre la ciudad de Gijón y sus alrededores, que cubren un arco temporal de algo más de medio siglo, desde 1890 aproximadamente, hasta la década de los sesenta, aunque en su inmensa mayoría corresponden a los veinte primeros años del siglo XX.
Durante ese tiempo, Gijón experimentó un notable crecimiento e importantes transformaciones en todos los órdenes, de las que esta colección de imágenes nos ofrece algunas instantáneas. Sería ilusorio pretender mostrar en una visión gráfico-histórica la suma de cambios operados en la ciudad, ya que son múltiples los aspectos y facetas que han pasado desapercibidos o fueron ignorados, consciente o inconscientemente en muchos casos, por el objetivo del fotógrafo. Constituyen, sin embargo, en su conjunto, una visión retrospectiva de la ciudad en un periodo clave de su desarrollo.
La construcción a mediados del XIX de la llamada «carretera carbonera», primero, y del Ferrocarril de Langreo, después, encaminó hacia Gijón la producción carbonera de la cuenca central, generando un importante tráfico portuario que convertiría a su puerto, a pesar de las deficiencias que presentaba, en uno de los más activos de la orla cantábrica. También por las mismas fechas dio comienzo el proceso industrializador, que irá cobrando impulso según avanza la segunda mitad del siglo, consolidando así la doble función portuaria e industrial de la villa gijonesa. A punto de acabar el siglo, en 1899, se celebraba en Gijón la Exposición Regional, en medio de un ambiente generalizado de optimismo.
Consecuencia directa del desarrollo industrial y comercial fue el crecimiento demográfico y espacial de la ciudad, que en poco tiempo desbordaría ampliamente el primitivo núcleo histórico centrado en torno a Cimadevilla y al tómbola arenoso que unía este promontorio a tierra. De los 13.500 habitantes con que contaba el núcleo urbano en 1875, se pasaron a los más de 36.000 de 1920, al tiempo que se había duplicado la población de todo el concejo. Este crecimiento de la población fue acompañado de un superior incremento de la superficie urbana, al sanear y recuperar para la ciudad extensos terrenos anteriormente ocupados por marismas, arenales, etc.; por otra parte, a partir de 1877 se emprende la demolición de las defensas levantadas con motivo de la primera guerra carlista, que constreñían la expansión de la ciudad.
En los años que siguen, se procede a un remozamiento del caserío y al macizamiento de ese núcleo central que se había convertido en el corazón de la ciudad, y que coincidía con la zona delimitada por el «Plan de Mejoras» propuesto por Jove llanos. En él se asienta la pujante burguesía y se radican los establecimientos que responden a las demandas crecientes del sector terciario. Bancos, hoteles, comercios, teatros, mercados, edificios de viviendas, etc., de nueva construcción, suplantan a viejas construcciones o llenan solares vacíos, dando nuevo aire de ciudad burguesa a un peque ño número de calles -Corrida, Moros, San Bernardo, Jovellanos, etc.-, que serán el tema recurrente de la mayoría de las postales que por entonces se editan.
La tarjeta postal ofrece, por lo general, el lado bello o más halagüeño de la realidad urbana y también de la rural y del paisaje. Junto a las áreas o calles de urbanización reciente, son temas de interés para sus editores los nuevos edificios levantados por la burguesía -un ejemplo de ello es la que reproduce el edificio de la calle Cabrales, n º 18, obra del arquitecto Manuel del Busto para Celestino García López, construcción de 1903, que debió formar parte de una colección de postales con las obras del citado arquitecto, el muelle, el nuevo puerto del Musél, la playa y sus balnearios, las estatuas de Pelayo y Jovellanos en las plazas del Marqués y de 6 de Agosto, y toda imagen que dé idea de progreso y modernidad . Por el contrario, de la vieja ciudad sólo interesan los contados edificios de valor histórico (palacios de Valdés y Revillagigedo o la cárcel vieja), pero no las degradadas viviendas que conforman el casco del barrio de Cimadevilla; de igual forma, tampoco son reproducidos los barrios obreros ni otros espacios marginales.
Texto: Javier Rodríguez Muñóz
ALBUM DE FOTOGRAFÍAS PANORÁMICAS
ALBUM RECUERDO DE GIJON
POSTAL-ALBUM RECUERDO DE GIJON
RECUERDO DE GIJON
FOTOGRAFÍAS PANORAMICAS DE GIJON
FOTOGRAFIAS AÉREAS DE GIJON
EDIFICIOS DE GIJON
Los Campos Elíseos
CALLES
Álvarez Garaya – Plaza de José Antonio
Capua
Corrida
La calle Corrida, que nace en la de Trinidad y muere en la plaza de 6 de Agosto, Auténtico corazón humano, social y económico de la ciudad, a través de las tarjetas reproducidas se pueden seguir los cambios producidos en su perfil urbano, constructivo y hasta en el modo de vida de las gentes que por ella pululan.
Covadonga
Ezcurdia
Instituto
Jovellanos
Marqués de San Esteban
Moros-Pi y Margal
Munuza – Gumersindo Azcárate
Parque Infantil-Parque Juan Álvarez González
Paseo y Parque de Begoña
Plaza del Carmen
Plaza de los Mártires
Plaza del Parchís-Generalísimo
Plaza del Seis de Agosto
Ocupó el lugar de la antigua Plaza del Infante, donde estuvo el célebre Arco o Puerta de la Villa, cuya primera piedra había colocado el mismo Jovellanos en 1782. Unos jardines cerrados con verja de hierro rodeaban la estatua. Se construyó luego, en un lateral, el Mercado del Sur, y finalmente la plaza adoptó la forma ovalada
ESTATUA DE JOVELLANOS
Este bello monumento fue erigido por suscripción, habiendo contribuido a ella con buena parte, los asturianos residentes en América.
Nombrada una comisión para arbitrar recursos, de la cual formaron parte los señores D. Hilario Nava y D. Acisclo Fernández Vallín, pasaron varios años hasta que en 1891 la actividad, constancia y energía del Sr. Vallín, ya había fallecido el Sr. Nava, lograron dotar a Gijón, de la estatua de su más preclaro hijo.
Está formado el monumento por un esbelto y clásico pedestal de mármol y sobre el colocada la estatua acertada obra del escultor D. Manuel Fuxá.
Fue fundida en Barcelona y el bronce lo regaló el Gobierno.
Se inauguró el día 6 de agosto de 1891, con notables fiestas y asistencias de numerosas comisiones oficiales, académicas y particulares.
Se halla colocada en la Plaza llamada del 6 de agosto, y la rodea un bonito jardín.
Plazuela de San Miguel
La plaza de San Miguel, otro insigne gijonés del pasado siglo, en la que confluyen ocho calles, fue el eje articulador entre la ciudad histórica y el ensanche del Arenal, siguiendo el plano presentado ya en 1867 por el arquitecto Lucas María Palacio. Los edificios construidos en su contorno adoptaron en su mayoría cierta curvatura en sus fachadas a fin de respetar la forma elíptica planteada en el proyecto. El conjunto resultaba, en verdad, de lo más atrayente de la ciudad.
San Bernardo
Trinidad
Uría
EL MUELLE
1884
La Aduana
Antepuerto
Banco Minero
Cargadero de mineral
Colegiata
Dársena