GUERRA CIVIL EN GIJÓN
La Guerra Civil significó un antes y un después en la historia de Laureano Vinck. La destrucción por las bombas de la casa de los Vinck, donde se encontraba el estudio de Laureano, ocasionó la pérdida de materiales muy importantes y la destrucción total de su estudio.
GUERRA CIVIL
La persecución religiosa en España durante las Guerras Civiles
La revolución de 1868, La Gloriosa, promovida por progresistas y liberales, perseguía un objetivo claramente político, el fin del reinado de Isabel II, pero ayudó la radicalización de los planteamientos intelectuales y de las organizaciones obreras en la cuestión religiosa. Es, durante el breve período de la monarquía de Amadeo I de Saboya, 1871-1973, cuando convergen diferentes circunstancias que, durante un largo período de 100 años, convertirán la cuestión religiosa en uno de los aspectos más complejos y delicados, del proceso histórico español.
A los cuatro años de la Gloriosa, estalló la tercera guerra carlista, 1872-1876, especialmente activa en el País Vasco, Navarra y Cataluña. La proclamación, en 1873 de la Primera República española, provocó la adhesión de muchos monárquicos a la causa tradicionalista. La primera República, 1873-1874, evoluciona para el ataque sistemático a la Iglesia.
Tres guerras civiles, con un total de quince años de enfrentamientos repartidos en un período de 42 años, con aproximadamente 300.000 muertos, con la participación elevada de grupos de civiles voluntarios y la cooperación de una parte significativa de los eclesiásticos con la causa liberal, dejaron un lastre muy importante en la sociedad de finales del siglo XIX.
El cambio cualitativo en el anticlericalismo, el que abre paso al ataque directo contra las expresiones de la vida de la Iglesia, se manifestó de forma precisa y simbólica en el atentado perpetrado el 7 de Junio de 1896 en Barcelona. Atentado anarquista contra una procesión, con 12 muertos como resultado.
Archidiócesis de Oviedo. El Arzobispado de Oviedo era en 1936 un obispado sufragáneo de Burgos. Durante los meses de persecución religiosa, se destruyeron la mitad de las Casas Parroquiales, en muchas ocasiones con sus archivos correspondientes.
Fueron ajusticiadas más de un millar de personas entre los religioso de la provincia, siendo en muchos casos, primero utilizados para realizar trabajos forzosos abriendo trincheras o caminos.
Las campanas de iglesias y ermitas, en su mayor parte, fueron fundidas y transformadas en munición. Además del convento de los dominicos de Corias, también fueron transformadas en cárceles las iglesias de los Jesuitas de Gijón, de los pasionistas de Mieres y la basílica de Covadonga, la imagen de la cual, sorprendentemente, se halló, finalizada la guerra, en un desván de la embajada española de París.
El 29 de Abril de 1939 la imagen de la Virgen de la Victoria, fue recibida en Asturias, con los máximos honores militares, y repuesta en su camarín.
GIJÓN DURANTE LA GUERRA CIVIL
La Revolución de Octubre de 1934, con la sublevación de los sindicatos y partidos de izquierda, y la intervención del ejército para sofocar la revuelta, fueron hechos rememorados por ambos bandos durante la Guerra Civil
El concejo de Gijón contaba, en el año 1936, con 85.000 habitantes, de los que, aproximadamente 60.000, residían en su capital. Ciudad de marcado carácter industrial, en ese momento, y con su población, mayoritariamente, obrera.
Una de las primeras acciones llevadas a cabo por el coronel Aranda, tras tomar la decisión de sublevarse en Oviedo, fue la de comunicarlo al General Pinilla, comandante militar de la plaza de Gijón.
En Gijón se encontraba acuartelado el regimiento Simancas en el edificio que había sido Colegio de los Jesuitas. Y también en el cerro de Santa Catalina, en el cuartel del Coto cerca de la Estación del norte, y en el Instituto Jovellanos.
El 18 de Julio, cuando ya se tenían noticias del levantamiento militar WN África, el coronel Antonio Aranda viajó en secreto a Gijón, donde se entrevistó con el coronel Antonio Pinilla y le comunicó sus planes de sublevación.
A diferencia de lo que, posteriormente, ocurrió en Oviedo, en Gijón las autoridades republicanas estaban prevenidas ante la posible sublevación. El fracaso de la sublevación militar en Gijón se debió, en buena medida, a que las organizaciones políticas y sindicales estaban preparadas para oponerse.
La actuación de algunos oficiales y suboficiales del regimiento Simancas y de los soldados a sus órdenes, contraria a la sublevación, obligó a demorar la salida de los militares y restó fuerza a su acción.
El 20 de Julio, fue declarado en Oviedo el estado de guerra, firmado por el coronel Aranda.
El control de la Fábrica de Armas de Trubia fue uno de los elementos fallidos en el plan concebido por Aranda.
Instalaciones del Real Club Náutico de Gijón, fueron requisadas por el Partido Comunista.
El repliegue al cuartel del Simancas de soldados y guardias civiles, significó que el mando militar de Gijón desistía de ejecutar el plan de ocupación de la ciudad que habían acordado los coroneles Pinilla y Aranda.
El cuartel de Simancas, antiguo Colegio de los Jesuitas, había comenzado su actividad en Gijón en el año 1890.
Los cuarteles de Simancas y el Coto en Gijón, fueron el escenario del primer gran enfrentamiento armado entre militares y milicianos.
Los milicianos de Gijón y los voluntarios de otros lugares concentraron sus esfuerzos sobre el Cuartel de Simancas.
Frente a un ejército bien pertrechado y organizado, los milicianos opusieron su voluntariedad e innegable arrojo.
Ni los cañonazos de los sitiadores plegaban la resistencia de los sitiados, ni las bombas del Cervera hacían cejar a éstos en el intento de asaltar los cuarteles,
Desde Galicia salieron columnas militares en socorro de los sitiados en Oviedo y Gijón, que avanzaron por la costa occidental y por la montaña noroccidental leonesa.
La “Iglesiona” en Gijón, fue convertida en una cárcel de Gijón, durante algún tiempo.
En zona republicana, se procedió a detener a aquellas personas sospechosas de simpatizar con los militares sublevados.
La iglesia católica sufrió, de forma muy acusada, la violencia revolucionaria desatada tras el inicio de la Guerra Civil.
Mientras los nacionales mantuvieron unas unidades disciplinadas, a las que se incorporaron los voluntarios, las milicias republicanas tardaron en adaptarse a la disciplina militar.
La Guerra que se libró en torno a los Cuarteles de sublevados en Gijón, originó situaciones de gran desgaste por ambas partes.
El asalto al cuartel de Simancas puso fin a un mes de guerra en Gijón, en el que, además de los cuarteles sublevados, sufrió sus consecuencias la población civil, por los bombardeos del crucero Almirante Cervera y la aviación.
La resistencia de los militares sublevados en el cuartel de Simancas, en Gijón y en el Alcázar de Toledo, será ensalzada por la propaganda franquista como las primeras “gestas gloriosas” de la guerra.
Con el traslado a Gijón del Comité Provincial del Frente Popular, se dio un paso definitivo para la unificación política en la Asturias.
La obsesión del mando republicano por tomar Oviedo fue similar a la que tuvo el mando nacional por conquistar Madrid.
El gobierno vasco que presidía el nacionalista José Antonio Aguirre, fue muy poco proclive a colaborar con sus vecinos santanderinos y asturianos.
La llegada de aviones rusos, los conocidos como “chatos” o “moscas”, dio a los republicanos una momentánea ventaja en la guerra aérea.
Los contínuos ataques lanzados por los republicanos, en los meses de noviembre y diciembre, no permitieron al mando nacional retirar hombres ni emprender ofensivas en Asturias.
En el ayuntamiento, se formó una comisión gestora municipal para sustituir a la anterior corporación y a los comités credos por la situación de guerra.
La prensa jugó durante la guerra un destacado papel. Desde sus páginas se contribuía a mantener la moral y el ánimo de los combatientes, y al mismo tiempo era un efectivo instrumento de propaganda que todos quisieron aprovechar.
El abandono de buen número de empresarios, al iniciarse la guerra, dejó numerosas industrias y minas en poder de los obreros. La caída de Santander dejó a Asturias como única región republicana en el norte, totalmente aislada y con graves deficiencias de todo tipo. Preparado para el asalto final, estaba un ejército que venía de pasearse en Santander, perfectamente adiestrado a luchar en ese terreno, más numeroso y mucho mejor equipado.
Al iniciarse la campaña de Asturias, la superioridad que, en el aire, tenía el ejército nacional era aplastante.
Una parte importante de la aviación que apoyaba al ejército nacional era alemana, la denominada Legión Cóndor.
A medida que el área de resistencia republicana se empequeñece, la acción de la Cóndor era más eficaz y definida: cortaba la retirada, desmoralizaba y desorganizaba todo posible apoyo.
La aviación republicana pronto quedó reducida a dos escuadrillas, de las que una trataba de proteger permanentemente Gijón. No se contaba con ametralladoras antiaéreas.
Las entradas y salidas de barcos en el Puerto del Musel fueron una auténtica aventura en los dos últimos meses de la Guerra Civil en Asturias.
La ofensiva lanzada sobre los puertos situados al oriente de Pajares, obligó, al ejercito republicano, a desplegar nuevas fuerzas en la zona y agotar totalmente sus reservas.
La línea del Sella aguantó los ataques de las Brigadas Navarras durante dos semanas, pero, una vez que estas consiguieron cruzar el río, las posibilidades de defensa de los republicanos quedaron muy menguadas.
Una vez que las Brigadas Navarras llegaron a la altura de Villaviciosa, era impensable, por parte republicana, el seguir manteniendo la resistencia, al quedar totalmente aislados y expuestos al contínuo castigo de la aviación nacional.
En el aire, la situación seguía siendo de total dominio de la aviación nacional, que machacaba sistemáticamente Gijón.
Estaba claro que la resistencia republicana en el territorio de Asturias que aún dominaba resultaba imposible.
Además de bombas, los aviones nacionales lanzaban octavillas en las que hacían un llamamiento a evitar destrucciones, amenazando con duros castigos.
RESUMEN DE HECHOS IMPORTANTES ACAECIDOS EN 1936
29 de julio. El crucero Almirante Cervera se presentó frente a Gijón y bombardeó, eficazmente, a las fuerzas opositoras a la sublevación. El pánico cunde entre la población y gran número de personas abandonan la ciudad.
14 de agosto. Bombardeo sobre el casco urbano de Gijón, causando más de medio centenar de víctimas. Fusilamiento de presos políticos en Jove como represalia.
16 de agosto. Finaliza el asedio del Cuartel del Coto, con su conquista por los milicianos.
21 de agosto. Termina el asedio del cuartel de Simancas, siendo tomado por las fuerzas republicanas, cesaba la resistencia del último reducto de los militares sublevados, y, a partir de entonces, parece que en Gijón se asentó una cierta tranquilidad.
30 de septiembre. Francisco Franco (1893-1975) es nombrado Jefe del Estado y “Generalísimo de las fuerzas nacionales”.
17 de octubre. Termina el asedio de Oviedo.
RESUMEN DE HECHOS IMPORTANTES ACAECIDOS EN 1937
26 de julio. La Legión Cóndor comienza a bombardear Gijón.
1 de agosto. Comienza la evacuación de niños por el Puerto del Musel con destino a Rusia.
26 de agosto. Bombardeo masivo sobre El Musel. El petrolero Elcano es alcanzado por las bombas, incendiándose.
29 de agosto. 500 presos, hasta entonces recluidos en la Iglesiona y en la prisión de El Coto, son trasladados al buque Luis Caso de los Cobos, en El Musel.
1 de septiembre. Asturias se queda como el único territorio republicano del Cantábrico.
14 de septiembre. Bombardeo sobre Gijón y el Puerto de El Musel.
30 de septiembre. Las baterías antiaéreas y los cazas, con base en Gijón, impiden por tres veces el bombardeo sobre la ciudad.
14 de octubre. Bombardeo masivo sobre el casco urbano de Gijón. Son destruidos, total o parcialmente, medio centenar de edificios.
19 de octubre. Se incendian los depósitos de Campsa tras un bombardeo.
20 de octubre. El hundimiento del destructor Ciscar y del submarino C-6, las dos únicas unidades que podían enfrentarse a la escuadra nacional, así como de varios mercantes y pesqueros, por parte de la aviación nacional, dejó sin posibilidades para realizar una amplia evacuación a los republicanos.
Pese a la información de que se contaba con barcos suficientes para evacuar a 50 ó 60 mil personas desde el Puerto del Musel, la realidad es que la operación fue un rotundo fracaso.
Varios de los barcos que salieron de Gijón, en la tarde-noche del día 20 de Octubre, consiguieron burlar el bloqueo establecido por la escuadra nacional y llegar a Francia unos 10.000 asturianos.
21 de octubre. La IV Brigada Navarra entró en Gijón, acto que supuso el fin de la campaña militar en Asturias, dando fin a quince meses de la guerra vivida en Asturias.
Posiblemente, en ninguna otra zona de España, con la excepción de Madrid, se vivió y sintió la guerra tan cerca y durante tanto tiempo.
El norte era el área más industrial de España, aparte de Cataluña, y el bando nacional supo explotar los recursos industriales norteños, como no supieron hacerlo los republicanos.
Más de la mitad de las minas de carbón, la mayor parte de la producción española de hierro, y una importante industria constructora de barcos, pasó a sus manos.
Tras el fin de la Campaña en el Norte, el bando nacional pudo retirar de esos frentes a un poderoso ejército, que iba a ser determinante en el resultado final de la Guerra
Tras el fin de la guerra en Asturias, comenzó una represión que alcanzó su más alto grado en los meses de noviembre y diciembre de 1937 y durante todo el año siguiente.
BILLETES ASTURIANOS DE LA GUERRA CIVIL